[Patch 32 | Cap 1/12] El Accidente

Suecia 11/11/15

DÍA 0


En
la mañana Laura se encontraba aún durmiendo en medio de su desordenada
habitación, de repente su sueño fue interrumpido cuando la alarma sonó,
Laura la apagó lentamente, aún medio dormida se sentó en el borde de la
cama a pensar en la época difícil que se vendría pues ya se acercaban
los exámenes, cualquiera que leyera sus pensamientos creería que estaba
loca. Su madre entró a la habitación y abrió las cortinas haciendo que
Laura se levantara algo cegada por los rayos del sol.
-Ah…
Te he dicho que no me levantes tan temprano en la mañana, ya no soy una
niña – dijo Laura un poco molesta y en tono de orgullo  característico
de ella.

– Lo siento hija pero
hoy es sábado y tienes el deber de asistir a la universidad, nunca te
despiertas sola…- Dijo tranquilamente -¡mierda! hoy debo presentar
las prácticas de laboratorio ¡debo alistarme para ir! -dijo apresurada
para luego salir de la habitación y prepararse para ir a la universidad.

Tomó
un baño rápido y bajo a la sala en donde su madre la esperaba para
desayunar, al lado de esta estaba un joven alto que llevaba un pantalón y
zapatos oscuros que combinaban perfectamente con su abrigo blanco, de
complexión mediana, con cabello un poco largo y castaño, ojos oscuros y
grandes que demostraron un gran brillo al ver a Laura, ese era Smith
Olsson, su mejor amigo y probablemente el único. 

-Oh…buenos
días hija, al parecer estás de mejor humor, te estaba esperando para
desayunar- Dijo en tono amable  con  gesto de alegría que luego se vería
interrumpido, pues la chica siguió su camino y salió de la casa
ignorando las palabras de su madre y la presencia de su amigo, sin darse
cuenta también dejó las llaves de la casa, Smith algo sorprendido salió
apresurado detrás de Laura.

-Buenos días Laura- dijo alegre
Smith aunque ella solo lo miró de reojo y siguió caminando, sin embargo,
el actuar de Laura no desanimó a Smith y este siguió caminando junto a
ella.

-¿Vas camino a la universidad?- dijo Smith observando atentamente a Laura.


-Eso no te importa- respondió Laura con un tono de voz algo alto y serio.

-¿Porque será así?- pensó suspirando el joven al oír la respuesta de Laura.

-¿Te acompaño? De todas maneras yo también voy camino hacia la universidad- dijo Smith, al parecer ya acostumbrado a decirlo.

Laura se detuvo y observó a Smith de manera fría.

-Supongo
que puedes llevarme por esta vez…-  Smith,  sorprendentemente feliz,
ayudó a Laura a subir a su auto, luego, rápidamente dio la vuelta al
auto y se subió, encendió el auto y partieron a la universidad.
Mientras conducía Smith observaba ocasionalmente a Laura.

-Pensar
que han pasado 13 años desde que nos conocimos ¿no te parece
increíble?- exclamó Smith un poco nostálgico, sin embargo la chica
mantuvo su mirada fija al panorama de la ciudad que observaba a través
de la ventana del auto.

-Já, al parecer los cuentas, creí que habían pasado unos 2 años… Ya ni me acuerdo como nos conocimos.

– Respondió Laura tan desinteresada como siempre recostando su codo en la ventana.

-Ah sí, pues te refrescaré la memoria.

Laura
y Smith se conocieron cuando tenían 7 años de edad, ese día Smith algo
desanimado por un reciente regaño de su madre, salió de la casa llevando
una pequeña mochila en donde llevaba algunos juguetes y crayones para
dibujar, subió al auto junto a su padre y en silencio abrochó su
cinturón.

-Smith, porque estas tan callado? Dijo el padre de Smith al ver su cara por el retrovisor del auto –
No
es nada… Respondió Smith en tono bajo mientras dirigía su mirada hacia
la ventana  -Es por el regaño de tu madre? Si es así entonces no te
preocupes…que tal si pasamos por un regalo para ella cuando volvamos? –
Dijo el padre de Smith sonriendo intentando animarlo, al escuchar las
palabras de su padre Smith lo miro con un radiante brillo en sus ojos y
respondió firmemente:
-¡sí!-

Luego de eso el padre de Smith
encendió el auto y emprendieron el camino, Durante el viaje Smith estuvo
asombrado observando la ciudad , pues, era la primera vez que salía de
su casa para ir a un lugar que no fuera la escuela o el parque, de un
momento a otro el auto se detuvo en frente de una gran empresa que tenía
en lo más alto de su edificio el nombre de FairLaboratory, el padre de
Smith aparcó el auto en un pequeño aparcamiento que había en frente de
aquel edificio, luego se bajó y ayudó a bajar del auto a Smith, lo tomó
de la mano y lo llevó a la gran puerta por la que se ingresaba al
edificio, en dónde el guardia de seguridad los saludó amablemente.

-Buenos Días señor Olsson, oh…veo que hoy viene con su hijo ¿Cómo te llamas pequeño?-

Dijo el guardia de seguridad mientras revolvía un poco el cabello de Smith, el joven sorprendido respondió tímidamente:

-S-Smith…Smith Olsson –

-Bonito
nombre joven Olsson, que tengas un buen día- Dijo el guardia
amablemente, luego Smith y su padre siguieron caminando, al entrar Smith
Observó Asombrado El lugar de lo grande que era.


-Increíble…- Dijo impresionado Smith mientras caminaba tomado de la mano de su padre

-Es más impresionante el lugar en donde trabaja tu padre-
Dijo el padre de Smith con orgullo, se detuvieron en frente de la puerta
del ascensor y el padre presionó el botón para llamarlo, luego subieron
y el pequeño niño observó curioso como su padre presionaba el botón
para subir al séptimo piso

-Padre, que hay en el lugar en donde
trabajas? – Dijo Smith Curioso mientras en su cabeza pensaba en millones
de locas respuestas, sin embargo, su padre disipó las dudas
respondiendo: -Casi todo el piso está lleno de cubículos de oficina pero
al fondo hay un laboratorio, ahí trabajo-

El ascensor se detuvo y
al abrirse la puerta el Smith observó como el piso era tal como lo
describió su padre, aún tomado de la mano de su padre, Smith caminò
hasta que su padre se detuvo en frente de la puerta del laboratorio

-Smith,
no puedes entrar al laboratorio, sòlo pueden entrar personas
autorizadas por el jefe de la empresa- Dijo el padre de Smith mientras
se agachaba poniéndose a la altura de Smith y mirándolo a los ojos,
Smith a pesar de su corta edad entendió el hecho de que no podía entrar y
suspiro decepcionado, miró a su padre a los ojos y respondió:

-Pensé que te ayudaría en el trabajo…

El padre de Smith sonrió aún mirando a Smith a los ojos, revolvió su cabello y señalo una habitación al lado del laboratorio

-Puedes
entrar a jugar ahí y esperarme, es el cuarto de juegos de la hija del
presidente de la empresa, pero no suele usarlo así que, te veré más
tarde si?-

Smith hizo caso a su padre y se dirigió a lo que él
esperaba fuera un cuarto de juegos, cuando entró a la habitación se
sorprendió pues lucía prácticamente como una oficina de trabajo,
simplemente con más color, había un rompecabezas en el suelo armado a la
mitad, Smith no pudo contener su curiosidad  y lo empezó armar. Cuando
estaba acabando Smith sintió una presencia atrás suyo y con temor se
giró rápidamente para ver a una dulce niña pelirroja con unos lentes
grandes y una ficha del rompecabezas en sus manos.

-¡Hola! Debes ser la hija del jefe de mi padre me llamo Smith ¿cómo es tu nombre? – emocionado preguntó Smith.

-Qué te importa, sal de mi cuarto de juegos –  respondió seria la pequeña niña.

-Oh
¡¿este es tu cuarto?! Entonces si debes ser la hija del jefe de mi
padre – respondió el pequeño Smith ignorando la petición de la chica

-¿Quién eres? ¿Quién te dejo entrar? Pregunto la pequeña pelirroja suspirando

-Soy
Smith, el hijo del señor Olsson, mi padre trabaja en el laboratorio del
lado, me dijo que no podía entrar así que me trajo aquí.

-Bien no me importa, sal de aquí.

-Oh,
¡tienes la última ficha del rompecabezas! ¡Mira! Sólo falta esa –
emocionado le exclamo Smith a la niña mientras sostenía el rompecabezas
en frente de ella.

-¡¿Tú lo armaste?! Cómo es posible, toma,
pongamos la última pieza – Dijo la pequeña chica intentando ocultar su
evidente emoción al ver que alguien de la edad de ella lo había podido
armar así que puso juntó con él la pieza faltante.

-Mi nombre es Laura…Laura Adler, no suelo ver muchos niños en esta empresa así que siempre estoy sola.

-Ya no estarás sola, estaré contigo siempre y cuando mi padre me traiga.

Contó
Smith camino a la universidad, este también aprovecho el hecho de que
Laura se girò al escucharlo e intento robarle un beso.

-¿Qué te
pas- ¡Cuidado!- gritó Laura sorprendida y asustada al ver una camioneta
del gobierno que iba a una gran velocidad y termino por chocarse de
frente con ellos, el impacto provocó que el auto girara y terminara por
estrellarse contra un supermercado. Después de un rato Laura despertó
aún en el supermercado rodeada de personas  que la observaban
preocupados, la chica se levantò sin contemplaciones  y preguntó:

-¡¿Dónde está Smith?!- dijo aún aturdida por el accidente.

-¿Te
refieres al chico que venia contigo? Está por allá, está siendo
atendido- respondió una persona de las que rodeaban a la Laura.

-¿Qué te pas- ¡Cuidado!-

Respondió
una persona de las que rodeaban a  Laura. Sin pensarlo se acercó a
Smith que se encontraba inconsciente en el suelo con una herida en su
pierna izquierda hecha por la palanca de cambios, pues, al intentar
cubrir a Laura del impacto resulto herido.

-¿Va a estar bien?- preguntó.

-Tranquila no te preocupes, estará bien-

Respondió
uno de los paramédicos que estaba allí a Laura antes de dirigirse al
hospital con ellos. Una vez en el hospital, un poco mas aliviada y
después de haber sido atendida observó su reloj, el cual estaba algo
deteriorado por el accidente, en ese momento notó que el accidente había
retrasado su llegada a la universidad y que llegaría tarde para la
práctica de laboratorio, salió rápidamente del hospital y se dirigió a
la universidad, al llegar al laboratorio la esperaba allí su profesora.

-Buenas noches señorita Laura- dijo sarcásticamente

-Disculpe…
Se me presentó un problema mientras venia hacia acá, es una larga
historia- Dijo la chica mientras se acercaba a la profesora desajustando
un poco el cuello de su camisa para mostrar la herida que tenía allí,
sin embargo la profesora sólo lanzó un suspiro.

 -No me interesa, toma las llaves y termina tu experimento, déjalo en la repisa más alta- dijo seria

 -Gracias- Respondió Laura para luego ponerse en proceso de desarrollar su práctica  de laboratorio.

Consistía
en extraer el ADN de dos ratones, un adulto y un feto, para alterar sus
características genéticas. Así que Laura comenzó diligentemente a
desarrollar su proyecto. Cuando estaba por terminar su proyecto, cometió
un gran error que provocó un crecimiento de las infecciones en uno de
los procesos de manejo del ADN, pero esta no lo notó y termino sin más
problemas su trabajo, solo faltaba esperar los resultados, recordó que
tenía que dejarlo sobre la repisa así que lo tomó y lo llevó hacia allí
pero al intentar colocarlo la repisa se vino abajo junto con algunos
experimentos genéticos avanzados, desarrollados por los científicos
especialistas de la universidad, el error en el trabajo de Laura y la
combinación con los otros experimentos salpico algunas gotas en la piel
de esta, se preocupó bastante así que cerró la puerta, se lavó las manos
y salió corriendo, tomó el auto bus a casa y al llegar golpeo la puerta
como siempre, pero nadie abrió así que decidió abrir ella misma pero en
la mañana había dejado las llaves. Llamó a su madre pero no contestaba,
así que llamó a su padre y le contestó como siempre.

-Hola?…

-Papá ¿puedo ir a tu casa por hoy? Mamá no está-  dijo tímidamente.

-¿Por qué lo dices así? Claro qué puedes venir- Respondiendo emocionado.

-Te explico en casa- dijo preocupada, al ver su mano izquierda observó como uno de sus dedos se tornaba de color morado.

Conmocionada
por lo que pasó tomó el metro para llegar a casa de su padre y decidió
ocultar las extrañas reacciones provocadas por el accidente en el
laboratorio y entró directamente al cuarto. Su padre, extrañado de que
al llegar Laura no lo saludara se dirigió al cuarto de ella.

-Hija ¿estás bien?- Habló el padre de Laura mientras golpeaba la puerta.

-¡No entres papá! ¡Cosa de chicas! – gimió fingiendo lo que pasaba.

-Comprendo…- Dijo sonriendo incómodamente mientras se alejaba

Al
tocar su dedo, Laura notó que se podía doblar a su antojo, en un
principio la asustó bastante pero poco a poco le gustó la sensación,
entro al baño y tomó un poco de agua, qué, al momento vomitó lo cual le
pareció extraño, notó que extrañamente su vómito contenía sangre, poco
después entró de nuevo al baño y orinó, pero no salieron más que unas
simples gotas de sangre. Asustada, decidió intentar dormir pues creyó
que solo era algo momentáneo.

Después de esa noche, su padre
había dejado a una de las sirvientas aseando la habitación. Esta se
cansó poco después y se acostó en el sofá ubicado al lado de la cama de
Laura, mientras descansaba un poco llamó la atención de Margaret el
hecho de que Laura se moviera entre sueños, en uno de esos movimientos
que provocaban los sueños de Laura, Margaret pudo ver que un dedo De
Laura se doblara extrañamente lo cual provocó que gritara y despertara a
Laura, por supuesto que con la actitud de Laura eso no se iba quedar
así, así que dándole un buen grito, escupió sin querer y parte de su
saliva era sangre, las dos conmocionadas quedaron calladas hasta que
Margaret  decidió romper el silencio.

-¿Estás bien? – preocupada preguntó.

-Em… Sí, claro… ¿Por qué lo dices? – Insinuó Laura, muy raro de ella.

-!¿estás bromeando?! ¡Escupiste sangre!- Respondió la sirvienta asustada.

-¡Es normal! Tomé una bebida energética anoche, tenía que estudiar y necesitaba cafeína en mi cuerpo…

-¿Ah sí? Entonces cómo explicas tu dedo ¡míralo! ¡Está más morado que el resto!-

-¡A
ti qué te importa! ¡Sal de mi habitación! Tenía que ser una criada. –
Exclamó Laura mientras echaba a Margaret de la habitación.

Laura
decidió tomar un baño para meditar sobre lo que estaba pasando, miraba
su dedo meñique una y otra vez, lo doblaba hasta que la piel no daba
más, salió del baño para alistarse y de repente le dolió muchísimo el
pecho, notó que en los senos tenia Quistes, los cuales se movían un
poco, y cuando decidió  tocarlos perdió el conocimiento. Cuando despertó
estaba acostada en el sofá principal de la mansión, se levantó y noto
que Margaret la estaba cuidando, se asombró bastante creyendo que había
notado lo que le pasaba.

-Gr…gracias – dijo Laura en tono bajo.

-Es
mi deber señorita pero lo mejor será que vaya al centro médico del
laboratorio de su padre- Dijo Margaret mientras volvía de nuevo a
limpiar la mansión.

Más tarde ese mismo día, Laura tomó unos
sedantes del botiquín de la mansión y con su libro de apuntes se dirigió
a la empresa. Tomó el metro para llegar màs rápido y ademas de eso
porque sí se iba caminando se mojaría por la lluvia, ya dentro del
metro, su celular sonó.

-¿Hola? – Dijo Laura.

-Oh, me alegra que estés bien ¿dónde estás? – dijo Smith aliviado.

-Ah, eres tú, estoy en el me…metro – respondió Laura con un leve dolor en el pecho otra vez.

-¿Te ocurre algo? Suenas adolorida.

-No, simplemente está algo lleno el metro.

-¿En serio? Puedo notar cuando me mientes.- Dijo Smith bromeando

-¡Qué sí joder! – exclamó Laura colgando el teléfono.

En ese mismo instante volvió a sonar el teléfono, pero esta vez era otra persona

-¡¿Qué no entiendes que estoy bien?! – Gritó Laura.

-¿Amor? ¿Qué te pasa? – dijo una voz femenina.

-¿Mamá? Oh, perdona, ya sabes, acabé de recibir una llamada de Smith y  a veces  me saca de quicio… – Respondió Laura.

-Ah,  ya veo… ¿A qué horas estarás en casa?- Respondió curiosa la madre de Laura

– No sé mamá, hoy es domingo, tengo que trabajar hasta tarde en el supermercado, tal vez llegue a las 7:00 p.m.

-Qué bien, hoy tendremos visita, así que quiero que estés conmigo para la cena.

-¡¿Visita?!
¡¿Cena?!  ¿Quién irá…? – exclamó, aunque fue  interrumpida pues no
logró  recibir señal al pasar debajo del puente de la estación.

Cuando
se abrieron las puertas del metro Laura notó que su dedo ya estaba
perfecto, sin ninguna anormalidad, aún así le preocupaba bastante.

Cuando
llegó a la empresa la recibió el guardia que había estado trabajando
ahí  hacía ya, más de 15 años, y con un leve suspiro nostálgico dejó
pasar a Laura sin problema. Al subir al ascensor se encontró al señor
Rubén, el padre de Smith.

-Oh, Laura ¿qué haces aquí? ¿Hoy no tenías que trabajar? Son las 9:00 a.m. – dijo el señor Olsson.

-Sí señor, pasaba por aquí para un tratamiento con mi doctor. – respondió Laura muy respetuosa.

-Oh, es verdad, ayer tuviste un accidente con mi hijo en el auto, no fue tan grave verdad? Saliste ilesa.

-En realidad si fue un poco grave…si salí ilesa Supongo que fue gracias a Smith.

-Laura… Él te quiere mucho, deberías darle otra oportunidad ¿no crees?

-Mis
cosas con él están claras, lo que siento por él es… Oh este es mi
piso, hasta luego señor Olsson – dijo salvada por las puertas del
ascensor.

Cuando pasó por las oficinas todos los empleados le dieron los buenos días y ella no les dirigió ni una simple mirada.

Cuando llegó al consultorio encontró en una situación un tanto vergonzosa al doctor con una de las empleadas de servicio…

-¡Señorita Laura! No es lo que parece… – dijo empujando a la empleada.

-L-lo siento señorita Laura – dijo la empleada mientras se acomodaba la ropa y salía del consultorio.

-Qué
asco me dan, sí no quieres trabajar dímelo y yo te consigo un puesto
como bailarín en un club – dijo Laura muy sarcástica ante la situación.

-No volverá a pasar – dijo el Dr. Isaac.

-No importa, vengo para cosas más importantes, tengo un problema, verás – dijo Laura contándole todo lo sucedido anteriormente.

-Ok, déjame ver tu dedo… – Intentó doblarlo bruscamente pero el dedo no cedió.

-¡Doctor! ¡Me duele! – Gritó Laura.

-¿Estás segura de estar contándome la verdad? – preguntó.

-Nunca miento con cosas como esta.- Respondió seria

-De seguro… Bueno, pasa a la camilla y quítate la ropa.

Laura
se desvistió y se recostó, aunque con algo de desconfianza por la
situación de antes. El Dr. Isaac le tocó el estómago  y encontró algo
muy extraño…

-Laura… ¿has comido últimamente?- Preguntó el doctor serio y alarmado

-Más de lo normal yo creería doctor… Ya sabes, la presión de la universidad…-

-Creo que te haré una radiografía abdominal, hay algo anormal con tu estómago.-

-¿Extraño? ¿Radiografía? – preguntó preocupada.

-Tranquila,
puede ser un error mío, las mandare hacer para estar seguro, hay un 5%
de probabilidades que tenga razón.- Dijo el doctor intentando
tranquilizar a Laura.

El Dr. Isaac presionó el tórax de Laura
provocando que vomitara sangre, impresionado decidió  hacer lo más
rápido posible una radiografía de abdomen para comprobar sus dudas.
Gracias a la desarrollada tecnología que poseía la empresa los
resultados salieron casi que inmediatamente, al ver los resultados, el
doctor pasó algo de saliva pues estaba negativamente sorprendido. Esta
reacción provocó que el ambiente se tornara tenso.

-Laura, si es
verdad lo que me dices es muy probable que esto sea grave, no he visto
lo que te ha pasado en toda mi carrera así que te llamare lo más pronto
posible cuando tenga las radiografías, ten cuidado y observa bien bajo
que circunstancias estas cuando ocurren los síntomas.- Dijo el doctor
mientras le recetaba algunos medicamentos que ayudarían a reducir el
dolor en su pecho.

-Doctor, una última cosa ¿podríamos mantener
esto entré nosotros? No quiero que se entere nadie, ni siquiera mis
padres.-Dijo Laura con la mirada hacia el suelo antes de salir.

-No
hay necesidad de que me lo digas, si tu mantienes mi secreto con la
empleada yo mantendré firmemente el tuyo – dijo sonriendo el doctor
mientras se despedía de Laura.

Laura se marchó hacia su trabajo, notó que ya no llovía y sacó su teléfono, llamó a Smith.

-Hola ¿sigues en cama? – dijo Laura.

-¡Hola!
No es usual que llames… Aún estoy en cama pero simplemente me
vendaran la pierna, no alcanzó a romperse, hoy me darán de alta – 
Respondió Smith emocionado.

-Tengo algo que quiero contarte… – dijo Laura insinuando algo.

-Como quieras ¿te parece si me visitas mañana en las horas de la tarde?

-Ahí estaré.

Al
llegar al supermercado Laura se puso el atuendo y empezó a trabajar, su
jefe le asignó  la labor de organizar las bebidas refrigeradas,
mientras llevaba un buena cantidad de botellas de agua una estalló pero
para Laura eso era normal así que siguió caminando, de repente una de
las botellas tocó uno de los quistes que tenía en el pecho haciendo que
Laura dejara caer todo al suelo debido al dolor, su jefe conmocionado
regaño a Laura.

-Joder, Laura, y yo que pensaba darte el empleado
del mes, es la primera vez que te pasa algo así, recoge todo y veté –
dijo su jefe decepcionado por la situación.

-Se…señor ¡no fue mi intención! Deme otra oportunidad, no volverá a pasar.

-Te
descontaré el agua de tu sueldo, no te preoc… ¡¿Qué mierda?! ¡Sal de
aquí y no vuelvas monstruo! – dijo con un gran temor después de notar
uno de los quistes de Laura.

-Pero señor…

-¡No te me acerques! ¡Fuera de mi tienda!

-Sí señor, adio… – dijo mientras salía corriendo al ver que los quistes estaban llegando a su zona abdominal.

Ya
eran las 5:30 y Laura llegaría un poco antes de lo acordado con su
madre, cuando abrió la puerta de su casa encontró a su madre besándose
con un tipo que no conocía así interrumpiendo la escena romántica…

-¡Mamá! ¿¡qué demonios haces?! – conmocionada preguntó Laura.

-¡Hija!
Creí que llegarías un poco más tarde, mira, el es Joseph, estoy
saliendo con él hace unos 4 meses – dijo Vanessa mientras presentaba a
Joseph.

-Mucho gusto, me han contado mucho sobre ti – dijo Joseph estirando la mano para  saludar a Laura.

-¡¿Qué crees que haces?! No me toques, no tienes derecho a estar aquí – dijo Laura mientras se dirigía al su cuarto.

-Perdónala, no está acostumbrada a recibir visitas – Dijo Vanessa a Joseph mientras veían a Laura subir.
Laura se recostó en una esquina de su habitación, teniendo miles de recuerdos.

Durante
la niñez de Laura, sus padres atravesaron un duro momento que
finalmente llevó a su separación debido a que el señor Adler pasaba
mucho tiempo en su trabajo, lo cual muchas veces produjo discusiones y
peleas, este hecho preocupó al padre de Laura pues estaba perdiendo su
cariño y pasaba poco tiempo con ella  así que, buscando cambiar este
hecho, llevó a Laura consigo a la empresa cuando podía , con el tiempo
Laura terminó por observar los experimentos realizados en la empresa y
esto generó que tuviera un gran gusto por la ciencia.

Sus quistes
ya habían desaparecido y sin ningún dolor decidió pensar la situación,
se dio cuenta que no podía seguir así, su problema no se había
encontrado en ningún otro paciente, así que investigó en internet,
habían casos extremadamente raros, uno de ellos sería combustión
espontánea, donde una persona común y corriente le brotaban quistes y de
un momento a otro se comenzaba a quemar, de estos casos sólo se han
registrado 750 en todo el mundo, los síntomas de Laura concordaban con
los problemas vistos en internet, el que más se parecía sería este, pero
Laura sabía que esto era mayor… Su madre entró al cuarto así
interrumpiendo su búsqueda.


-Hija,
entiendo como te sientes, mi padre se separó de mi madre y mi madre de
mi, hay que aprender a superar los momentos difíciles, conocí a Jose…-
dijo Vanessa interrumpida por Laura.

-¡Calla
de una buena vez! No sabes que es difícil, no has tenido que vivir bajo
la sombra de otros ¿qué no entiendes que prefiero estar sola? Los odio a
ti y a mi padre, nunca me cuidaron como debían, siempre sola…- dijo
Laura con tantas emociones que el ambiente se tornaba tan incómodo tanto
para Laura como para Vanessa.

-Hija,
no estás sola, nunca lo estarás, si tuviera que escoger entre mi vida y
la tuya escogería la tuya, tu padre haría lo mismo, tienes 20 años, ya
hay que superarlo, camina, tenemos que cenar, Joseph se ha ido- dijo
Vanessa con una seriedad que nunca se había visto en ella.

Laura acompaño a Vanessa sin ninguna palabra, cenó y volvió a su cuarto, se acostó y durmió.

Laura
se levantó a las 7:30 como usualmente lo hace, fue al trabajo y el
nuevo empleado no la dejó pasar, Laura indignada recordó que Smith
estaba en casa así que se dirigió a contarle lo sucedido, llego a la
casa de Smith y golpeó.

-¿Laura? Oh hola, ya bajo y te abro – dijo Smith desde la ventana.

-¡Rápido! Me estoy congelando.


-Hola, pasa – dijo Smith abriendo la puerta.

-Me gustaría contarte algo, después de hacer las prácticas tuve un problema…
Continuará
Patch 32 es una novela de ciencia ficción, psicológico, seinen, futurista escrita por los jóvenes escritores colombianos Js Cerna y Charlie Brown.