Rob Liefield. La polémica hecha comic.

Esta es una pregunta que mucha gente se hace de forma recurrente. ¿Una vez que se ha alcanzado el éxito, que se requiere para conservar la cima? La verdad es que todos los que se preguntan de esta forma están por completo equivocados en su enfoque o punto de vista. La pregunta que todos deberían hacerse es ¿qué debo hacer para evitar caerme de la cima que he alcanzado con todo el esfuerzo que he hecho? Ya el mes pasado puse el ejemplo de Joe Madureira y de J. Scott Campbell, dos grandes artistas gráficos que a pesar de todo lo bueno que son simplemente cayeron en el nadir de la historia gráfica debido a sus propios defectos y a la necesidad de los editores de comics de contar con personal que cumpla sus tiempos de entrega. Pero uno de los EXILIADOS, uno de los que le hizo la seña fea a la Marvel, cometió todos los errores posibles en el mundo del comic; destruyendo en cuatro años la fama que había construido durante los anteriores ocho; arruinando su futuro profesional y volteando la espalda de los que poseían el poder en el medio a su vista. No estoy hablando de otra persona más que el infame Rob Liefeld.

Robert “Rob” Liefeld nace en California el 3 de octubre de 1967. Desde el principio de su existencia el mostró un gran amor hacia la industria del comic, por lo que una vez que concluyó sus estudios de secundaria se embarco a la aventura de su vida. Con unos cuantos conocimientos en trazos adquiridos a través de una escuela artística en el Colegio Público, él asistió a una convención de cómic de San Francisco, en donde presentó sus obras ante la Marvel y la DC. La DC fue la primera en probar su talento, en la miniserie Hawk and Dove de 1988. Sin embargo, su estilo diferente y singular de inmediato le ganó la animosidad y los problemas con los editores, porque al configurar los cuadros en sentido inverso estos las recortaron y configuraron “correctamente”, lo cual de cierta forma le restó poder a la historia desde el punto de vista del artista.

Luego de esto él pasó a la Marvel, donde se le comisionó uno de los trabajos más desafiantes de la historia, rescatar una serie. Conocida como The New Titans, a Rob Liefeld se le comisionó la creación de un nuevo personaje basado en los antecedentes que había dejado la historia de la Reina Goblin el año anterior. Con la colaboración en los guiones de Frank Nicieza, él dio vida a Cable, el antihéroe y mercenario del futuro que presta su ayuda ocasional a los mutantes. Gracias al éxito de este personaje, la revista fue retitulada X-Force; que en su primer número logro los dos millones de ventas, un récord de la industria que sólo sería superado por Jim Lee dos años después con X-Men #1

Como a muchos otros, el éxito se le fue a la cabeza. Luego de hacer expreso su deseo de hacer su propia historia para Malibu Comics (X-Cutioners) y el posterior rechazo de la Marvel de esta idea por el evidente intento de plagio, él fue una de las cabezas que inicio la fuga de talentos que fundaría la Image. Junto con él; Jim Lee, Todd McFarlane, Erick Larsen, Marc Silvestri, Whilce Portacio y Jim Valentino dieron inicio al sueño de formar una editorial independiente donde los artistas pudieran desarrollar sus propias ideas y talentos. De inmediato el fundo Extreme Studios y publicó su primer trabajo, Youngbloods, una clase de sátira de como serían los superheroes si fuesen famosos y fuesen conocidos por todos.

Sin embargo, la mala fortuna y las malas decisiones lo acompañaron a partir de este entonces. Lo que en un principio era una vibrante nueva forma de dibujar a los personajes (torsos grandes, equipo y complemento acompañando el cuerpo, ojos cerrados y pies muy pequeños) se transformó en una broma de si misma. Conforme más dibujaba los defectos en el trazo del dibujante se hicieron cada vez más manifiestos. Además de esto, haciendo uso de su posición como presidente de la Image, él comenzó a hacer uso de su poder para extraer dinero para sus propios proyectos, y convencer a los talentos de sus compañeros de empresa para dibujar para él. Por esta razón él fue obligado a renunciar de su posición en la editorial y retirarse del proyecto que el mismo había creado. Para 1997, cuando apenas tenía treinta años, estas y otras malas decisiones editoriales arruinaron su reputación y le crearon poderosos enemigos en la industria que de inmediato le cerraron las puertas en la cara.

Le ha tomado más de diez años reconstruir su reputación a punta de trabajos esporádicos en DC y Marvel, así como la resurrección de Extreme Studios y las obras que ha dibujado para ellos. Sin embargo, la polémica no lo abandona por más que lo ha intentado. Sus detractores no dejan en ningún momento de recalcar sus problema de anatomía a la hora de dibujar sus personajes. A la vez, las diferencias artísitcas con sus editores lo meten constantemente en dificultades, que provoca que transite entre las dos grandes editoriales que siguen perdonando sus faltas debido a su ética de trabajo. Sin embargo habrá esperar que él logre salir adelante de esta situación y logre recuperar el reconocimiento que una vez tuvo. Porque si para reflexiones está el día, tampoco Jack Kirby era muy bueno en simetría y anatomía corporal, y vean donde se encuentra ahora. Habría que ver lo que depara el futuro a este hombre de pincel que ha hecho tanto para la industria del cómic, tanto bueno como malo.

Bibliografía Selecta

Artes

Guión

  • Heroes Reborn: Avengers 1-7
  • Heroes Reborn: Captain America 1-6
  • New Mutants 98-100
  • Marvel Comics Presents 52, 53, 99
  • Prophet/Cable #1-2
  • Wolverine Vol. 2 154-157
  • X-Force Vol. 1 1-12
  • X-Force: Shatterstar 1-4
  • Uncanny X-Men 245