CANAAN (2009). Una metáfora del terrorismo.

Nadie presintió lo que sucedería después, pero la Guerra del Golfo de 1990 a 1991 inicio una vorágine de destrucción en el mundo islámico que nos acompaña hasta ahora. La razón parece insignificante, pero la ocupación norteamericana (en bases militares) de Arabia Saudita (donde está la ciudad sagrada de la Mecca) provocó la reacción de los fundamentalistas a lo largo del mundo, que guiados por figuras como Osama bin Laden crearon una de las ramas terroristas más exitosas de la historia. Al Qaeda como tal no es una organización, sino una cooperativa dedicada al terror. Contra este tipo de organizaciones que aprovecha las ventajas que ofrece el Islam para motivar a sus creyentes y la corrupción de los gobiernos laicos en el Oriente Medio; los países occidentales casi no tienen oportunidad de combatirlos decisivamente. Esto se agrava sobremanera debido a que como cristianos no contamos ni con el favoritismo ni con la empatía del mundo islámico. Así que aunque llores por el genocidio de Gaza, o tu corazón se regocije por el “triunfo” de la Primavera Árabe, o tu alma sufra por los bombardeos en Siria, o te indignes por las ejecuciones por crímenes contra el honor, o te molestes por las violaciones de la ISIS en el norte de Irak; que pena, no va a servir de nada. Si vives en América o en Europa existe un 90% de probabilidades que seas un estúpido cristiano (o un creyente de las libertades individuales basadas en la doctrina cristiana que tanto interviene), un hereje, un apostate y sobre todo, UN ENEMIGO.

 

428: Fuusa Sareta Shibuya de Tokubetsu-hen es una novela visual que fue liberada para Wii en el 2008. De la mente de los Koichi Nakamura este nos ofrece un escenario de secuestros, un virus, una relación de amistad y la necesidad de interactuar entre los diferentes personajes para resolver el misterio y terminar el juego (en alguno de sus 85 finales). En base a este escenario, los cofundadores de Type-Moon Kinoko Nasu y Takashi Takeuchi se unieron con PA Works (su segundo trabajo de animación) para hacer una animación de trece episodios, que se expandiría después a un manga y una novela ligera. Casualmente, el nombre de esta serie que fue emitida a partir del 4 de julio del 2009 recuerda mucho de los problemas que embargan esa parte del mundo, porque Canaan no es un nombre que se deba tomar a la ligera.
Inicio! Spoilers!
Fin! Spoilers!

 

Una de las cosas interesantes de la serie es que sigue una de las tónicas de esta última era. Las series, películas y obras relacionadas con la Guerra del Terror (Body of Lies es una de las mejores representaciones pero una de las más menospreciadas de los últimos tiempos) tiene siempre la misma base si uno lo analiza con introspección.
Una red terrorista islámica dirigida por una enigmática figura (Alphard escoge un nombre muy musulmán como su alias y Snake trae a la memoria el termino degorativo que los judíos usan contra los palestinos); ellos están en posesión de un arma de destrucción masiva (en este caso un virus con el que llevan a cabo su disputa de poder) y están dispuestos a usarla con tal de determinar sus puntos.
Es el objetivo de miembros ajenos a la milicia (Canaan es una operadora civil de la CIA y María es una fotógrafa) desenmascarar la red terrorista y procurar su destrucción. Aunque esto no es la realidad, mucho de lo que sucede en el mundo ahora tiene esta dinámica, eventos de los cuales los civiles consumidores no tenemos ni la más remota idea, en nuestra isla cristiana allende al mar.

 

Aunque la serie está llena de agujeros, no posee un final definitivo y se hace eco de esta era moderna, Canaan cumple con el propósito y nos pone con una animación de calidad en la vorágine del espionaje y la vida de los agentes secretos.
Esto la transforma en una obra seria, pretenciosa y deseosa de permanecer en la historia. Sin embargo, su misma seriedad es también la fuente de su perdición.
Como hemos aprendido, esta generación no desea ver el mundo que lo rodea; por lo que la Guerra del Terror no es una trama popular ni en Japón ni en Estados Unidos. A pesar de los esfuerzos y de la crítica de muchos autores (incluyendo Shinchiro Watanbe con Terror in Resonance del 2014), el género está condenado a menos que exista un elemento que disponga que abramos los ojos y veamos la verdad.
Como occidentales, no tenemos (ni estamos) en capacidad de juzgar nada de lo que sucede en el mundo. Porque la mayoría no estamos en un área de guerra. Así que por mientras, o no queremos verlo u opinamos desde la distancia, desde nuestros hogares seguros, a miles de kilómetros de distancia de la verdadera acción.
Cuando nos toque verlo de frente, conoceremos de verdad el horror y el sufrimiento que produce la guerra. Antes de eso, no somos nadie para opinar.