¡Por qué para ver anime DEBES SER PIRATA!

¿Levante la mano todo aquel que lea esta reseña que ha preferido comprar la serie original en lugar de bajarla de internet de alguna de las fuentes y traducciones disponibles por todo el globo? Apuesto que no hay muchas manos arriba. La verdad, yo tengo una colección mixta, de un 20% de originales combinado con un 80% de copias compradas a comerciantes dedicados a esta clase de negocio, más un catalogo en disco de aproximadamente un Tera de anime (que reconozco no he visto todo y no es una colección tan grande). Sigh. ¡Mea culpa!

 

Todo esto no es culpa ni del espectador, ni del internet, ni de la tecnología moderna, ni de que seamos ladrones. La verdad es que la guerra por los derechos es un asunto complicado. Debido a los convenios de Ginebra, la protección de los derechos de autores debería estar clara, ¿no? Soy el propietario de la obra, entrego los derechos de comercialización a una casa de distribución que lo convierte en formato digital para ser transmitido por la web o consumido en forma física. ¡Fácil no! Cualquier pelagatos que compre una versión pirata se arriesga a que no le garanticen la calidad del producto. Pero, las cosas nunca son así de sencillas, especialmente en Japón.

 

En Japón, las series siguen unas reglas muy singulares para su comercialización. Una serie animada o una película ocupa primero que el interesado (ejemplo TV Tokyo para televisión o Toho Studio para cine) convenza a un grupo para que invierta en el proyecto (ejemplo la disquera King Records). Una vez que se asegura la inversión se contrata a la casa que animará la serie (ejemplo Studio Pierrot) que se encargará de todos los detalles. Esta es emitida en televisión y dependiendo de su recepción se convierte en formato digital para su venta al público. Los derechos se comparten en este triángulo según los acuerdos comerciales de cada empresa. ¿Pero qué pasa cuando las cosas no salen como deben? A continuación, cinco ejemplos de lo que sucede cuando las cosas no salen como se supone que deberían salir, obligando a los pobres consumidores a ser piratas para conseguir lo que quieren.

La guerra de Macross (Studio Nue & Big West vrs. Harmony Gold)

Levanten la mano los que amaron Robotech. ¡Yo! ¿Cuál fue la saga que más les gustó? ¡La primera, pero la tercera también compuso! ¿Cuándo van a sacar más? ¡Nunca! ¿Cómo que nunca? Así es, NUNCA. Nunca más va a salir nada más de Robotech, por más que alguien intente componer. Porque en este momento hay una guerra no declarada entre Studio Nue y Harmony Gold que lo impide.

 

Vamos a tratar de explicar esto en pocas palabras. Studio Nue consiguió como patrocinador a la Big West Advertising para producir Macross. Pero la empresa no tenía la capacidad de producir algo tan ambicioso, por esto trajeron el apoyo de Tatsunoko Productions para que se encargara de la mayor parte de la animación a cambio de los derechos de distribución internacionales de esta serie. Posteriormente Harmony Gold compró estos derechos junto con los de Southern Cross y Mospeda para hacer Robotech. Pero la popularidad de la serie original y el éxito de la celebración del décimo aniversario (Macross Plus) movió a algunos importadores (Toycom) para tratar de comercializar los productos de esta serie en Norteamérica. De inmediato la Harmony Gold puso una notificación de cese y desista debido a que “poseían todos los derechos de comercialización de Macross en los Estados Unidos”.

 

En esta ambigua frase yace el fondo de la disputa, porque en la interpretación legal, Harmony Gold sólo posee derechos sobre la primera serie Macross. Todas las demás pueden ser comercializadas sin problema. Pero para levantar la restricción, Studio Nue y Big West Advertising deben disputar esta afirmación, y el litigio legal costaría más que los posibles beneficios. Así que, nos quedamos con las manos vacías. Por eso, descargue descaradamente cualquier serie de Macross, sin remordimiento. Después de todo, no hay derechos. Perdón, los tiene Harmony Gold. ¡Jaja!

El precio del progreso (Yoshiyuki Tomino vrs. Bandai-Sunrise)

Dicen las malas lenguas que Mobile Suit Gundam F91 era la serie de décimo aniversario de Gundam. Dicen las malas lenguas que esta iba a ser una serie. Dicen las malas lenguas que Yoshiyuki Tomino por estas fechas se enteró de la fusión entre Bandai y Sunrise, a la cual se opuso tajantemente. Oigan, ¿por qué la volvieron película?

 

Como siempre, hay algo de verdad y algo de mentira detrás de las afirmaciones. Después de Char Contrataca, la Sunrise con el dinero inyectado por Bandai comenzó a meterle presupuesto, a construir estudios y a expandirse como jamás lo había hecho antes. Pero por supuesto, lo único que podía estar a tiempo para el décimo aniversario era una serie corta. ¿Por qué? Por los problemas de producción de Char Contraataca. Sin embargo, en coincidencia con el décimo aniversario se le encomendó al legendario director hacer una nueva serie. Pero si, llegaron los rumores de la fusión y Yoshiyuki se opuso. Así que los ejecutivos cerraron el proyecto CON QUINCE EPISODIOS en fase de planeación y producción. Fue una forma elegante de decirle, ¡cállese!
Pero, Yoshiyuki era el director midas de su época. Así que con tal de sacarle algo a la producción, Sunrise tomó esos quince episodios y los condensó en una película, Gundam F91. Nada más. La siguiente Gundam (Victory Gundam) sería la última en muchos años de Yoshiyuki, conforme la Sunrise lo iba apartando cada vez más del directorio o la parte operativa. Y por supuesto, debido al fracaso de la película no volvieron a hacer otra. Con varias traducciones mal hechas y problemas con las versiones, vale la pena bajarla y burlarse un rato. Pero cuidado, esta es la base de uno de los mangas más importantes de Gundam, Crossbone Gundam. Piratas en el espacio contra un imperio espacial. ¿Les suena conocido?

La agonía de Harlock (Toei Animation vrs. Harmony Gold)

Los grandes fans del Leijiverso (título que quisiera encontrar más a menudo en redes para justificarlo) no fueron los primeros en percatarse del enorme parecido que tenían TODAS las series de Leiji Matsumoto. Sus dos mayores éxitos comerciales (dados a final de la década de los setenta) en manga salieron al mismo tiempo y comparten muchos elementos en común que resultan obvios hasta para el seguidor menos conspicuo. El gran problema es que TODOS se dieron cuenta de esto. Incluyendo Harmony Gold.

 

¿Cuánto más daño le puede hacer una compañía al mundo? Bueno, la culpa es exclusiva del sistema de comercialización de las series para su reproducción en América durante los 80s y 90s. El número mágico para poder sindicalizar (emitirla en cable y en horarios diversos) es 65. Pero la temporada anime en esa era duraba 26 episodios (y si tenían suerte) 50+ episodios. Bueno, Harlock/Raimar tiene 42 episodios + Queen Millenia/la Princesa de los Mil Años tiene 42 episodios = Compren, mutilen, emitan. Captain Harlock and the Queen Milenia fue el resultado de esta mutación, que transmitieron en el país hace más de 15 años creo. Lo que resultó es algo que me hace confirmar mi dicho anterior. Mis respetos a los restos de Leiji, que descansen en su gloria (perdón, se me olvidaba que sigue vivo :p).

El incidente en Kitty Films (Rumiko Takahashi vrs. Kitty Films)

Esta es una noticia vieja, pero no puede evitar recordarlo. Rumiko Takahashi es una de las mangakas más afamadas de Japón (y una de las más ricas en el proceso). Durante la década de los 80s, 90s y principios de este siglo ella era el Rey Midas, serie que sacaba hacía oro tanto en manga como en anime. Urusei Yatsura, Maisson Ikoku, Ranma 1/2 e Inu Yasha fueron sus contribuciones al arte; donde su estilo irreverente de comedia romántica, sus tramas complicadas tanto, sus personajes principales y secundarios y su gran tino para las situaciones locas nos divirtió por más de treinta años.

 

Kitty Films fue el estudio que animo exclusivamente sus series. Aunque subcontrato tanto a Studio Deen como Studio Pierrot, los trabajos de Rumiko fueron exclusivos del estudio porque había sido compañera del productor de animes de la compañía, Shigekazu Ochiai. Pero en 1992 se descubrió que Hidenori Taga (el presidente ejecutivo) desvió recursos de la división de anime a la división de música por lo que tuvo que renunciar a su puesto, mientras que Shigekazu Ochiai fue transferido a Pao House Studio. Hasta aquí llegó la serie animada en ese momento (Ranma 1/2) y la relación de paridad de Rumiko, que perdió casi todo el control de Inu Yasha cuando pasó a Sunrise (los eternos fillers que mataron la serie). Y después de esto el público le ha dado la espalda y su obra ya no vende como antes. ¡Que pena!

¿Samurai X término? ¿Sin su mejor arco animado? (Studio Gallop & Studio Deen vrs. Nobuhiro Watsuki & Shueisha)

Que recuerdos. Samurai X me recuerda mi tiempo en Animanía. En ese sitio conocí a uno de los más grandes aficionados de anime (con una videoteca envidiable), y disfruté el sano apetito que conservo ahora. Por supuesto, en esos tiempos transmitían Samurai X; que después del admirable arco de Kyoto comenzó a dar vueltas, y vueltas, y vueltas. Fue por esa era cuando Christian me dijo que Rorouni Kenshin seguía, que mataban a Kaoru, que Kenshin se encontraba con su cuñado, que esa serie tenía las mejores peleas hasta la fecha. Como muchos quedé esperando, y esperé, y esperé (y seguí esperando).

 

Para los que no conocen, después del arco de Kyoto (Makoto Shishio de infame fama) Kenshin regresa a Tokyo para encontrar su casa ocupada y a un desconocido que no lo era tanto, su cuñado Enishi Yukishiro. Este ocupa largos volúmenes que se extienden desde 1998 hasta el 2006. WTF! Aquí volvemos a los derechos, porque Rorouni Kenshin fue adquirido por Fuji TV por cinco años desde 1996. Lamentablemente alcanzaron el arco en producción, y por supuesto la respuesta de la televisora fueron los infames fillers. Tanto fue el cántaro a la fuente que se rompió. No sólo no prosiguieron con dicho arco, sino que para recuperar pérdidas los estudios comenzaron a producir OVAs para conservar los derechos otros cinco años. Esperemos que las películas le hagan honor a este arco, sino vamos a esperar sentados (de nuevo).

Luego de este breve recorrido por los casos sonados, debo afirmar con orgullo que para ver anime no queda otra opción que ser pirata. A menos que se hayan quedado satisfechos con lo poco que vino de Zatch Bell o One Piece, las censuras constantes y los problemas de traducción. Casos y cosas han aparecido durante el tiempo y los fansub sirven para satisfacer a los fans. Pero hay cosas donde uno debe decir que no. La película de Dragon Ball Z y Saint Seiya, así como el remake de Sailor Moon son para mi intocables. Son series populares en lationamérica, que generarán mucho de que hablar en contra o a favor. Para todo lo demás, pirata. A menos que puedan encontrar la versión correcta, con la autorización. Y los permisos de Japón (Crunchyroll compra el derecho a la televisora, una parte del triángulo, y traduce al mejor estilo Google Translator). Sobre todo, recuerden los nombres mencionados, especialmente Harmony Gold, destruyendo series de anime desde los años 80.