Pokemon, el réquiem de la animación americana.

Los años de experiencia y de vida me han permitido observar la vida a través de ojos críticos. Como infante y adolescente fui testigo del descanso que trajo el final de la Guerra Fría, observé la caída del Muro de Berlín, la caída de la Unión Soviética y la transformación que trajo en el mundo. En el proceso, Estados Unidos se transformó en la única superpotencia, lugar que ahora reta el BRIC de forma silenciosa y de manera más abierta el mundo musulmán, que hace lo posible para escapar de su influencia y conformar su propia identidad.
Para el anime, ocurrió algo muy similar. Como infante y joven fui testigo del dominio completo y total que Europa tuvo sobre los gustos de mi generación (las series de World Masterpieces Theater es un buen ejemplo); así como los tímidos intentos de compañías como Harmony Gold de romper la férrea hegemonía que Hanna Barbera ejercía sobre los gustos infantiles. Esto hubiese continuado de la misma forma por mucho tiempo, pero en 1996 la Nintendo lanzó el primer juego Pokemon de la historia. Basado en su éxito, Oriental Light and Magic comenzó la emisión de una serie barata y sencilla basada en el mismo juego en TV Tokyo. De esta forma, Pokemon salió al aire el 1 de abril de 1997.

La premisa, basada libremente en el primer juego, es muy sencilla. Ash Ketshum, un joven decidido y amante de las batallas, comienza su camino para convertirse en Maestro Pokemon. Para esto, a los 10 años recibe a su primer pokemon, que para su desgracia resulta ser Pikachu, un renegado pokemon eléctrico que odia estar en pokebolas. En el camino, nuestro héroe encuentra a Misty, joven entrenadora de pokemones de agua que lo acompaña con la excusa de que remplace la bicicleta que le destruyo; y Brock, el primer entrenador que enfrenta y del que gana la primera medalla.

No estaría completa la reseña sin la intervención constante del equipo Rocket, Jessie, James y un pokémon conocido como Meowth, como los adorables e ineptos perdedores que hace tiempo debieron haber quebrado por la cantidad de artefactos que han construido para robar los pokemon de nuestros héroes. Para completar la similitud con el juego, Gary Oak, sobrino del Profesor Oak es su mayor rival y su respetado enemigo.

La que es a grandes rasgos una serie muy sencilla para niños merece esta reseña por una razón. Al ser comercializada al mercado americano, Pokemon en cuestión de unos meses destruyo el mercado de animación para televisión americana, que no supo como reaccionar ante una serie tan dinámica y llena de vida para los niños del mundo. En cuatro años, Hanna Barbera había desaparecido por completo, sus restos fueron absorbidos por Time Warner a través de Cartoon Network y WB Kids.

Durante los siguientes cinco años, la televisión americana no oso ni se atrevió a armar una serie de media hora sobre una base no segura, merced al fracaso de series como Spider Man Unlimited, la baja de popularidad de las series de Klasky-Csupo y una gran pesadilla para quien no tuviese a la mano algo de anime que poner en la programación. Desesperados, los canales de televisión americana comenzaron a comprar anime; lo cual trajo Digimon y Medabots (clones de Pokemon), series basadas en juegos de cartas (la serie Yugi-oh) para contrarrestar la marea. Por otro lado, la pauta de sencillez y acción fue seguida por nuevas series, tales como Bob Esponja y Los Padrinos Mágicos, donde una animación sencilla y cuadrada da paso a situaciones jocosas que brindan momentos inolvidables, son buenas para los ratings y mejores para el bolsillo.

A los quince años del estreno de Pokemon, no podemos ver por encima del hombro de esta serie. Aunque ahora despreciemos su trama repetitiva e infantil, esta cambió para siempre los gustos de consumo del mercado americano, inicio la segunda ola de anime (la que todos recuerdan en este momento) y destruyo la animación americana para televisión tal como la conocíamos. Si dudan de mi palabra, comparen las series de finales de 1990 con los éxitos emitidos diez años después. Notaran la ENORME DIFERENCIA (The Wild Thornberries en 1998 contra Phineas y Pherb del 2007) que existe entre ambas, tanto en animación como en diseño de personajes. Solo el tiempo dirá cual será el futuro de esta tendencia.
  • Pokémon dió el golpe de gracia, pero la animación gringa ya estaba en crisis desde hacia tiempo.

  • Hola, no entendí en que se relaciona Capitán Harlock con Europa. Además el anime ya era popular en EE.UU. en los 70s gracias a muchas series (la mayoría basada en el trabajo de Leiji Matsumoto, como el ya mencionado Harlock, Star Blazer y hasta el msimo 999 Galaxy Express), además de Speed Racer, Mazinger, Hatchi, Gatchaman (G Force), Heidy…

    • Estoy de acuerdo, las series fueron populares en Estados Unidos, pero no al nivel aplastante de Pokemon. Las series mencionadas jamás amenazaron la hegemonía de Hanna-Barbera, ni de Disney, ni de Filmation, ninguno de esos estudios se vio amenazado. Cuando nos llegaron estas series, ya habían pasado por el periplo de Europa para llegar a México por eso nos llegaron en español. Después de Pokemon, el mercado de animación para televisión en Estados Unidos simplemente se esfumó. Lo que tenemos ahora no es lo que nosotros solíamos ver, ni se parece en temática, en dibujo y animación. A eso me refiero.