Michiko to Hatchin (2008)

Pocas veces el animé muestra a personajes latinoamericanos en sus historias, en esta obra de Sayo Yamamoto vemos reflejado gran parte de la problemática social latina mediante las aventuras de esas mujeres en su lucha por sobrevivir.

Según la percepción japonesa; Latinoamérica es corrupta, decadente, atrasada e inferior a la sociedad que poseen. No debemos confundirnos; ellos son simpáticos, nos tratan muy bien y son amistosos. Pero su vista de nuestra sociedad esta enviciada por los numerosos cliches que Hollywood ofrece, así como los que ellos han gestado. Pero de verdad, quien los culparía.
Si uno sale por las calles de San José a cualquier hora, en cualquiera de los hermosos boulevares que fueron diseñados durante la década pasada; si abres los ojos, los oídos y la nariz, puedes absorber la verdad de una de las ciudades más horribles de toda Latinoamérica. Porque en un día, en menos de 500 metros puedes ver a dos conjuntos de policía (Policia Normal y Municipal), conviviendo armoniosamente con traficantes de crack, proxenetas y sus prostitutas en la calle, rociado con vendedores ambulantes, mientras la clase trabajadora debe ignorar esta pacífica convivencia para dirigirse hacia el Parque Central desde el Parque de la Merced.
Si el lector es de Costa Rica y no ha visto esto; nunca has caminado por San José; no sabe donde vive y cree que este país es lo más maravilloso del mundo.
Luego de la conclusión del proyecto de Samurai Champloo, el estudio Mangblobe le ofreció a Sayo Yamamoto la dirección de su siguiente proyecto. Sin embargo, ella no sabía ni tenía la inspiración para saber que era lo que iba a trabajar. Pero ella lo encontró en su viaje a vacaciones a Brazil. Intoxicada por el ambiente que encontró en la hermosa sociedad verdeamarela, la autora encontró inspiración para realizar su primera serie.
Con la contribución del genial Alexandre Kassin (uno de los grandes exponentes de la música experimental en Brazil) y la producción de Shinchiro Watanabe, Michiko to Hatchin sale al público en Octubre del 2008. Por supuesto que de inmediato es un golpe para un espectador curioso de anime.
Porque es una vista de Latinoamerica (Brazil con otro nombre) desde el punto de vista de una turista japonesa. Créanme, a pesar de la entrada  multicolor y psicodélica (que es imponente), su vista del tercer mundo es desagradable.
Inicio! Spoilers!
 
Hana Morenos es una niña de 10 años que sufre el destino de la cenicienta. Encerrada en el hogar de un sacerdote evangélico, su esposa y dos hijos, ella sólo es mantenida en su interior por los beneficios que le ofrece la seguridad social a sus padres adoptivos.
Conforme pasa el tiempo y ella intenta escapar de esta realidad, ella sueña conque su padre o alguien va ayudarla a escapar de esta situación sin esperanza. Para su sorpresa, un buen día mientras escuchan las noticias, se enteran del escape de una peligrosa prófuga de la justicia, Michiko Malandros.
Aunque el religioso es alertado de su llegada, esta llega de improviso y se lleva a Hana, la cual prefiere vagar con una desconocida a continuar con la familia con la que tanto ha sufrido.
Ojo! Spoilers!
Michiko, lamentablemente para Hana, tiene su propia agenda. La avezada criminal le exige a la niña saber si tiene el mismo tatuaje que ella posee en su vientre.
Durante su viaje ella le cuenta su teoría, hace doce años, una joven Michiko fue inculpada de un crimen que no cometió, lo que le permitió a un criminal de poca monta conocido como Satoshi Batista deshacerse de su amigo, Hiroshi Morenos, un desertor de la agrupación criminal a la que ambos pertenecían, Monstro Preto (Monstruo Negro). Sin embargo, el atentado en que murió Hiroshi ocurrió hacía trece años, pero Hana tiene diez años (evidencia de que Hiroshi sigue vivo).
Para la sorpresa de ambas, la vieja colega y amiga de Michiko, la oficial Atsuko Jackson, intenta capturarlas en la ciudad de paso en la que se encuentran (uno de sus muchos fracasos). Luego de escapar de la ley y salvar a Hana, Michiko se gana su confianza y le impone un nuevo nombre, Hatchin.
Ojo! Spoilers!
Durante su viaje en busca de Hiroshi, Michiko conoce a una bailarina exótica, Pepe Lima. Ella y su hermana eran hijas de una familia de la alta sociedad, pero a la muerte de sus padres ellas lo pierden todo y son obligadas a vivir en las favelas. Lamentablemente, la historia y el hecho disfraza que tanto Pepe y su hermana corren por una situación similar a la de Michiko y Hatchin.
La hermana roba el equipaje de Michiko, buscando un documento de identidad con el que puedan moverse a través del país, pero no lo encuentran. Este movimiento no pasa desapercibido de su proxeneta, y las hermanas deben escapar de él.
Por un accidente, Michiko presencia la muerte de la hermana de Pepe (se sobreentiende que no hizo nada para ayudarla) y esta misma es asesinada por los niños que dirige su proxeneta. Michiko y Hatchin escapan de la ciudad ilesas.
Ojo! Spoilers!
Conforme viajan por un país con una base similar a Brasil, Hana va descubriendo que Michiko es una mujer muy conflictiva, que ha pasado por muchas cosas en la vida. Ella tiene un conflicto pendiente con un grupo delictivo administrado por Vasily, un viejo conocido de antes de la joven.
Este está relacionado con Satoshi Batista, que junto con su lacayo Shinsuke Rodriguez, intenta deshacerse de Michiko. Luego de un leve filtreo en un pueblo de río (con un hombre casado), el pasado alcanza a la joven cuando en la ciudad de Osso, Michiko se encuentra con un imitador de Monstro Preto.
Esto llama la atención de Shinsuke, que decide hacer que la joven y los pretendientes sigan un juego por la ciudad, hasta que finalmente captura a la joven.
Ojo! Spoilers!
Debido a la escalada de la pelea, Hatchin decide seguir su camino y se une a un circo itinerante, donde entabla amistad de una malabarista. Por su parte, decidido a tomar el comando del grupo, Shinsuke planta un arma en Michiko y la envía a Satoshi, que trata de matarla pero se ve obligado a desistir por este hecho.
Allí, acorralados por la policía y por los agentes Atsuko Jackson y Ricardo, los dos deben huir por su cuenta. Mientras Michiko intenta alcanzar al circo para salvar a Hatchin (el circo es una trata de blancas que se especializa en traficar con niños), Satoshi atropella a Shinsuke y continúa su huida para intentar retomar el poder en Monstro Preto.
Ojo! Spoilers!
Luego de una serie de aventuras (la baja de grado de Atsuko y la enfermedad de Hatchin), Shinsuke, luego de apoderarse de una de las células de Monstro Preto, paga para matar a los tres involucrados en su pena (Atsuko Jackson, Michiko Malandros y Satoshi Batista).
Lamentablemente, dos de los asesinos se decidieron por el mismo blanco (Michiko), la cual por esta eventualidad escapa milagrosamente luego de destruir un camión donde iba a conseguir un nuevo motor para su motocicleta (en una de sus frecuentes descomposturas de la serie).
Luego de que la reparan, ellas continúan hacia una planta de producción de tomates, en donde aparece una foto de Hiroshi. La encargada lamentablemente les informa que él ya ha partido (justo cuando sabe de la fuga de Michiko), y ella ayuda a Michiko a escapar así como le da una pista a Atsuko de donde puede encontrar a la prófuga.
Ojo! Spoilers!
Luego de un pequeño problema con los documentos de identidad (en donde unos mafiosos chinos reconocen a Michiko como la reencarnación del Dios de los Tontos), ellas llegan a Sao Paraiso en medio carnaval.
Allí, Michiko se deprime al saber que Hiroshi jamás la ha mencionado a su contacto. Para que recupere su ánimo, Hatchin irrumpe en la casa de un actor reconocido, que le hace el favor de llamarla para reanimarla. Al mismo tiempo, este le enseña samba a la joven niña, mientras Atsuko y Michiko recuerdan mejores tiempos.
Ojo! Spoilers!
A continuación, las dos mujeres se dirigen a Goinia por tren en busca de Hiroshi.
Sin embargo, tanto Satoshi (que busca la forma de escapar luego de matar a los mafiosos chinos que hacen tratos con Shinsuke), Atsuko (que sabe cual es el destino de Michiko), Setsuke (que sabe cual fue el tren que tomo) y Ricardo (que tiene el reconocimiento de testigos) van intercalándose con el mismo tren.
Al final Shinsuke descarrila el tren, Hatchin huye con Satoshi para ir en busca de su padre y Michiko comienza a perseguirlos para alcanzarlos en la ciudad antes mencionada.
Ojo! Spoilers!
Satoshi vuelve a un pueblo que devastó 10 años atrás, donde con la ayuda de Hatchin se deshace para siempre de Shinsuke y de su facción.
Mientras Michiko sigue huyendo de la policía, Satoshi llega a Goinia, donde por problemas con los mafiosos locales es asesinado. Michiko por su parte se mete en problemas (tras los cuales un policía mata a un rehén e inculpan a Michiko por esto). Hatchin logra encontrar a Hiroshi de casualidad, y Michiko salva a Hatchin de las balas de la mafia. Al final son capturadas por la policía con la intervención de Ricardo y de Atsuko.
Pero Atsuko deja ir a Michiko y juntas van a la estación de tren donde logran alcanzar a Hiroshi. Con la ayuda de Michiko, padre e hija se reúnen y escapan de la ciudad en avión, y esta es la última vez que Hantchin ve a Michiko.
Ojo! Spoilers!
En el tiempo que pasa, Michiko se entrega a las autoridades y regresa a la cárcel. Hana es abandonada de nuevo por su padre menos de un año después y debe valerse por su cuenta.
Ya con aproximadamente 16 años, la joven Hana es una muchacha decidida y trabajadora, con una recién nacida a cuestas. Pero a partir de cierta fecha comienza a recibir correos muy extraños en donde viene ropa y artículos varios. La mala letra del destinatario le permite saber que la correspondencia es de Michiko, que va a su encuentro.
Luego de un conmovedor viaje, las dos se reúnen a las afueras de la ciudad, donde Hatchin le pregunta donde irán ahora.
Fin! Spoilers!
Esto si fue un paseo. Acostumbrado a la sociedad japonesa, a los colegios, a las adolescentes tontas y los estereotipos forzados, Michiko to Hatchin es un baldazo de agua fría directo a la cara. Porque la verdad es que Sayo Yamamoto no se guarda nada.
El Brazil sin nombre que refleja en esta obra es un corrupto, atrasado, decadente y orgulloso de serlo. Una policía indiferente y complaciente (con la diferencia de Atsuko Jackson y Ricardo), una guerra constante entre las bandas criminales por conseguir hasta la más mínima oportunidad para consolidar su poder, un pueblo general sumido en la miseria y la desesperanza; donde para sobrevivir Mitchiko debe mentir, robar y ser indiferente de todo menos de lo que les importa. Esto contrasta contra el sentido de responsabilidad y ética de trabajo de Hatchin, la cual ha aprendido porque no ha tenido más remedio.
En este trasfondo, la persecución van convirtiendo a Michiko y a Hatchin de una pareja improbable a una madre y una hija, que buscan en el camino el apoyo moral y el perdón por los pecados que cada una ha cometido. Aderezada de separaciones constantes, al final ninguna de las dos se encuentra completa sin su contraparte, algo que resulta prometedor pero que es extraño al final que ofrece la serie.
El Brazil y la America Latina niponizada de Sayo Yamamoto es tanto un insulto como un homenaje, la forma en que una sociedad más avanzada que la nuestra nos ve. Con una pobreza que sobrepasa el 30% de la estructura social de cada país, con un gobierno que poco le importa su pueblo hasta el momento de convocarlo, donde las drogas y la delincuencia reinan campantes de una clase alta ajena a esta realidad hasta que es muy tarde, Michiko to Hatchin es una bofetada clara para el otaku latinoamericano, porque es el reflejo de lo que muchos vivimos en la vida.
Y no hay sociedad avanzada en Latinoamérica que supere las barriadas, la pobreza absoluta y la desesperanza que se ve en esta serie. Cerrar los ojos ante esta realidad es permitir que suceda, que los turistas nos vean de esta forma y no logren observar todo lo demás que nos caracteriza.
Esta en nosotros cambiar esa premisa, o seguir sumidos en el conformismo y la media vida que llevamos hasta ahora, y que nos ha llevado al lugar en donde nos encontramos ahora (donde somos nada de la nada). Eso queda a criterio de cada lector.