Los Padrinos de Tokyo; o Indigentes al Rescate


San José, la capital de Costa Rica, es un basurero. Hace 40 años era mas pequeña y mucho más provinciana. Cuando llegue de Puntarenas a la capital a principios de los 80 era un niño de aproximadamente 5 años y me sorprendió su dinamismo. En ese entonces la ciudad era una pujante central de desarrollo, con calles congestionadas, avenidas llenas de carros que viajaban en dos direcciones y montones de señores que decían que la Costa Rica de antes era la mejor. Ahora, muchas décadas después, la crisis económica y la inconsciente ineptitud de un alcalde que imita a Arnoldo Alemán de Nicaragua (que sera nuestro próximo presidente si no ocurre un milagro político) transformo lo que era una confusa ciudad en un basurero, cuyos bulevares le dan albergue a vendedores ambulantes, gente sin hogar, drogadictos y delincuentes. A pesar del aumento de la policía en esta administración (que se vislumbra como la peor del país con el perdón de Laura Chinchilla), esta es la realidad que vemos los costarricenses a diario y algún día estallará de una forma en que no deseo verla. El país pacífico que herede de mis padres ya no existe.

Los Padrinos de Tokyo, de izquierda a derecha, Hana, Miyuki y Gin. En brazos de Miyuki, Kiyoko.

Lamentablemente no somos los únicos, Tokyo también es un basurero. Las partes que aparecen en los animes (como el distrito Shibuya o Shinjuku) son solo lustre de un enorme conglomerado industrial donde los menos favorecidos sobreviven en las calles con apenas lo indispensable. Por esto, que Satoshi Kon haya escogido esta obra para adaptarla fue una elección poco natural para sus anteriores trabajos. Porque en Tokyo Godfathers, el director destacado por su surrealismo nos pone en contraste (de forma divertida) con una terrible realidad, la gente sin hogar. Con el apoyo de Shogo Furuya en la dirección y Keiko Nobumoto en el guión, con el beneplácito de Madhouse, la película se estrena el 8 de noviembre del 2003. Irónicamente, debido a su precio, ha sido presentada múltiples veces en muchos canales de cable, además de que fue laureada por la crítica y premiada.

Inicio! Spoilers!
Durante una de las navidades más crudas de Tokyo (está nevando), tres vagabundos sin hogar, Gin y Hana (que descubrimos al principio asistiendo a un servicio cristiano por la comida gratis que van a servir) y Miyuki (que se entretiene escupiéndole a los transeúntes) encuentran a un bebe tirado en un vertedero de basura de un edificio. A pesar de la resistencia de Gin el trío se hace cargo de la pequeña criatura, que es una niña y a la cual Hana (el travestí) nombra Kiyoko, debido a que la encontraron el día de la Natividad al igual que a Jesús.
Ojo! Spoilers!
Luego de una serie de enredos (lo cual incluye la huida de Hana para evitar perder el bebe, un viaje en tren para seguir una pista en una tarjeta de presentación, el encuentro accidentado de Miyuki con un desconocido que la obliga a abandonar el tren y el saqueo de las ofrendas en un cementerio Shinto); el improbable grupo de vagabundos se tropieza con un jefe yakuza al cual salvan de morir aplastado por su carro. Por coincidencia del destino (hay muchas en esta historia), él es el dueño del local donde se supone que trabajaba la madre de la niña y los invita a la boda de su hija. Allí el espectador descubre que Gin (el cual se denuncia como alcohólico sin remedio) fue estafado por el novio en un esquema de apuestas relacionadas con el ciclismo. Cuando va a reclamarle (botella en mano), una camarera desenfunda un arma y dispara en contra del jefe yakuza, pero el novio lo cubre con su cuerpo. En su huida, el asesino se lleva de rehén a Miyuki y a Kiyoko, lo que provoca que el grupo se separe por primera vez.
Ojo! Spoilers!
El asesino lleva a Miyuki a su casa en un edificio comunal en Tokyo. Allí su pareja le da de comer a Kiyoko y ambas se logran llevar bien a pesar de la barrera idiomática (es una latinoamericana que habla español). En la revisión de las fotos y en los sueños descubrimos que Miyuki huyo de casa porque apuñaló con un abridor de cartas a su padre por un gato perdido. Este es un detective y es el hombre que observamos en el metro. Por su parte, Hana y Gin discuten, y el primer huye de su lado. Hana logra encontrarse con el taxista que le hizo el servicio al asesino y localiza a Miyuki y Kiyoko en la casa del asesino.
Ojo! Spoilers!
Por su parte, Gin se tropieza con un vagabundo tirado en la calle, al cual recoge y lo lleva a casa. Mientras se emborrachan para pasar las últimas horas del viejo, este le entrega sus últimas pertenencias. Pero lamentablemente unos vagabundos los sacan de su habitación improvisada y los golpean. Mientras el viejo muere en la nieve (al cual Hana confunde con Gin), este se tambalea por las calles y se encuentra con un hada que le da a escoger entre magia o ambulancia (Gin escoge la última porque sabe que es un travestí). Sin opciones, Hana regresa a su antiguo hogar, un negocio de trasvestidos, en le cual encuentran a Gin recuperándose de la golpiza. El grupo pasa la noche en la casa de la antigua mentora de Hana, y al día siguiente salen a buscar la casa de la madre de la hija, la cual está en alguna parte de la ciudad donde se ven dos rascacielos. Para su infortunio llegan tarde, la casa ha sido derribada y no hay pista de ellos.
Ojo! Spoilers!
De la información de los vecinos descubren que la pareja sufría mucho porque el esposo es un jugador y borracho (un reflejo de Gin). A su vez, entre la información de la casa Miyuki se percata de que su padre la busca. Sin pistas y sin dinero, y con el invierno arreciando encima de ellos, el trío se refugia en una farmacia. Por una nueva casualidad del destino, Miyuki (que se ausenta para llamar a su padre), Gin, Hana, el farmaceuta y un cliente salen de la farmacia cuando una ambulancia se estrella en su interior. Debido a la impresión (y a una enfermedad desconocida que se sospecha que es SIDA), Hana pierde el conocimiento y es llevada al hospital. Allí, mientras Gin se lamenta de usar sus últimos ahorros, este se encuentra de casualidad con su hija.
Ojo! Spoilers!
Gin y su hija Kiyoko (otra nueva coincidencia) conversan como padre e hija por primera vez en muchos años. Ella le revela que se casará con el doctor que atendió a Hana (que es de la edad de Gin) y como excusa le dice que perdió a su hija y a su esposa poco después (Gin uso la misma mentira para inspirar lástima antes). Decepcionado por las mentiras de ambos, Hana confirma a gritos la verdad sobre Gin a su hija y sale disparado del hospital con Miyuki (que lleva a la bebe Kiyoko) tras ella. Mientras descansa en el hospital, Gin descubre que la niña fue raptada del hospital; mientras Hana y Miyuki se tropiezan con la madre que esta a punto de suicidarse desde un puente. Estos devuelven a la niña ante el enrredo del público.
Ojo! Spoilers!
En el desenlace, al confrontar al supuesto padre de la criatura el esposo de la joven confirma que ella perdió a su bebe y se robó a la primera niña del hospital. Él fue quien la tiró en la basura para evitar que la policía los encontrara. Cuando los tres se encuentran (en un templo en que Hana y Miyuki están rezando) salen detrás de la supuesta madre, a la cual persiguen a pie, en bicicleta y en taxi hasta que la acorralan en un edificio. Allí, mientras la joven se debate entre suicidarse o no, su esposo trata de convencerla de lo contrario. Pero su pobre selección de palabras la motiva a saltar, lo que provoca que Gin y Miyuki salven a la madre mientras Hana a través de un extraño milagro de navidad salve a Kiyoko. Una vez devuelta a sus padres, estos agradecidos desean que los vagabundos sean los padrinos de su hija. En el último par de coincidencias, mientras busca entre las cosas de Gin un cigarrillo Miyuki descubre por accidente que el viejo tenía el extraño tiquete ganador de la lotería de principios de año, y ella se reencuentra con su padre por pura casualidad cuando este les va a dar la noticia de la decisión de los padres de la criatura.
Fin! Spoilers!
Ganadora del premio a la excelencia del Festival de Artes Mediáticos de Japón, la obra combina de forma muy sutil el reconocido surrealismo de Satoshi Kon (en la forma de la bebe Kiyoko y su travesía afortunada a través de Tokyo), así como la miseria absoluta de los tres personajes principales (en un momento Miyuki estuvo revisando en la basura y se alegro por encontrar mucha comida vencida tirada por una cadena de supermercados; así como el saqueo de ofrendas en un cementerio) sirve para ambientar una película con un guión sólido y una hermosa animación. Pero la reflexión más importante es la diversidad. Eso, la diversidad de la miseria. Representado por todos los interesantes personajes de la calle, ninguno es bien parecido bajo estándares de animación, pero representan a diferentes esquemas y razones que provocan que una persona decida ir a la calle. Porque tenemos que recordar que aunque nos provoque repugnancia, la gente sin hogar es gente como nosotros. Ya sea que el flagelo de las drogas las haya consumido, ya sea que la miseria los haya reducido a esta situación, o que hayan pasado por esta vida y no deseen abandonarla; la gente que no tiene hogar existe y es un bien que aumenta cada año. Y lo va a seguir haciendo mientras las diferencias sociales existan. Queda en nosotros tomar reflexión sobre esta realidad que nos rodea y buscar el cambio político para hacer algo al respecto, o ver el siguiente anime en la lista sin que nos importe lo que sucede a nuestro alrededor, hasta el momento en que nos toque vivir de esa forma. La decisión es de ustedes.