[Gamer] 30th Aniversario de The Legend of Zelda ⋆ Neoverso

Lecturas: 253

Recuerdo una mañana de un 6 de Enero de 1999, ese día los Reyes Magos (el equivalente a Santa Claus en mi hogar) nos habían dejado obsequios a mis hermanos y a mí. El mío fue un pizarrón mágico que podía rayar y borrar todo lo que quisiera, mientras que mi hermano mayor recibió una rara caja que tenía escrito Nintendo 64, con ella venía un cartucho que parecía tratar de policías y ladrones. El curioso dispositivo nos permitía manejar a un niño en la pantalla del televisor, no se si fueron sus ropajes verdes parecidos a Peter Pan (mi personaje favorito en ese entonces), o que podía explorar a placer un bosque encantado, pero la curiosidad me impedía dejar de verlo. De esa forma fui siguiendo sus aventuras, desde internarse en un volcán y esquivar guardias para encontrarse con una princesa, hasta meterse en una ballena y volverse adulto al sacar una espada de un pedestal, todo para salvar el reino de las garras de un hombre malvado.

Ese fue mi primer acercamiento a una saga que rápidamente se volvió mi favorita, con uno de los videojuegos que es considerado el mejor jamás hecho. Este mes de febrero se cumplen 30 años desde que el primer juego vio la luz, por eso decidí hablar del porque esta franquicia es una de la mejores, si no es que la mejor (aunque te duela JackDarkTemplar), en toda la industria de los videojuegos.

La experiencia al jugar

Iniciar un juego de Zelda es una experiencia única, normalmente, en las partes iniciales te dan cierta libertad para recorrer la zona donde estás, a pesar de que tienes un objetivo puedes dar rienda suelta en esa zona (excepto en los primeros dos, en esos podías ir a donde quisieras desde el principio). El sentimiento de estar en un lugar desconocido, caminar e ir descubriendo nuevas zonas con distintos enemigos y personajes hacen que te sientas como si fueras un verdadero aventurero descubriendo el mundo. Shigeru Miyamoto dijo una vez: “Cuando era un niño, fui de excursión y encontré un lago. Fue toda una sorpresa para mí tropezar con aquel lago. Cuando viajé alrededor del campo sin ningún mapa a la mano, tratando de encontrar mi camino, tropezando con cosas estupendas mientras recorría todo el lugar, me di cuenta de cómo se sentiría alguien si experimentara este tipo de expedición“. Vaya que lo ha logrado, todavía recuerdo a mi hermano nervioso jugando Ocarina of Time, estaba en el bosque perdido, sin espada ni escudo pero el ir descubriendo áreas distintas en el laberinto es algo que nunca olvidaré. La variedad de locaciones, combinada con las distintas personas y criaturas que te encontrarás, lo vuelven una experiencia que cualquier amante de los videojuegos debe experimentar al menos una vez.

“No importa el tamaño del héroe, sino su valor”

Ser un héroe

Cuando uno es niño busca convertirse en aquel héroe que traería paz al mundo derrotando al rey malvado y rescatando a la princesa. Eso es lo que los juegos de Zelda te transmiten, por eso Link no tiene personalidad, ni habla, porque esas cosas las pones tú al identificarte como el protagonista de la historia. De hecho, el nombre es debido a la conexión que Shigeru Miyamoto quiso crear con el jugador; un ejemplo, es en juegos más recientes, donde te dan la posibilidad de contestar de diferentes maneras, no para modificar el final sino para responder algo más acorde a tú personalidad, haciendo la conexión todavía más profunda. Mientras que en otros juegos vives lo de alguien más y deseas ser él, aquí es tu propia aventura la que estas viviendo, no quieres nada del protagonista, porque tú lo eres. The Legend of Zelda nos lleva a un lugar donde en vez de sentirnos como espectadores o ayudantes sobre los acontecimientos, nosotros somos los verdaderos partícipes de la historia, convirtiéndonos en lo que todo mundo deseo alguna vez… un héroe.

“Las buenas acciones son las que convierten a un niño en hombre”

Una aventura diferente en cada juego

Muchos podrán argumentar que todos los juegos son lo mismo, pero no podrían estar más equivocados. Es cierto que comparten las mismas bases, como las armas, la mecánica de los templos, pero siempre hay algo que logra diferenciar lo suficiente los unos de los otros. Desde convertirte en lobo, navegar en un barco, encogerte, hasta controlar las estaciones del año y viajar en el tiempo, cada Zelda tiene una mecánica que hará tu aventura diferente, al mismo tiempo que mantiene la esencia de los elementos antes mencionados. Incluso la historia es diferente, a pesar de seguir con el rescate de la princesa (el cual varias veces no es el enfoque principal), el trasfondo logra alejarse de los demás para mostrarnos una trama que te hará sumergirte en el mundo que te muestran, sin volverse repetitiva. Otra forma es hacer los templos y el mundo interactivos con la mecánica única que existe en cada juego, de tal forma que explorarlo e ir descubriendo sus secretos es distinto en cada entrega. Para mantener un legado, sobretodo uno de 30 años, es necesario que cada juego esté lo suficiente separado de los otros, y esta franquicia lo logra muy bien.

“Believe in your strengths“

Una leyenda de 30 años

Podemos pasar horas hablando, escribir más de 20 párrafos, hacer innumerables gameplays y nunca podríamos expresar totalmente lo que uno siente al jugar un Zelda. Este artículo solo toca la superficie de todo lo que cada juego nos ha hecho sentir a través de los años, de una saga que ha demostrado tener más profundidad de lo que ha simple vista podemos ver, como la razón de los eventos en Majora´s Mask, el Hero Shade en Twilight Princess, las palabras finales de Ganondorf en Wind Waker y un largo etcétera. Por eso y más, este mes no solo celebramos el nacimiento de una franquicia, sino todo el legado que ha logrado mantener durante tanto tiempo y que seguirá fácilmente.