Final Fantasy: The Spirits Within (o El Valle Inquietante)

Con toda acción ocurre siempre una reacción igual y contraria: o sea, las acciones mutuas de dos cuerpos siempre son iguales y dirigidas en sentido opuesto.” La Tercera Ley de Newton.

Uno de los eventos más graciosos del mundo del espectáculo se produjo durante el verano del 2010. Con la finalización de Piratas del Caribe, Disney se envalentonó. Con millones en sus bolsillos, comenzó a solicitar cosas a sus actores principales para la continuación de la saga. Lentamente, Keira Knightley, Orlando Bloom y por último Johnny Deep parecían haber salido para siempre de la saga. Conforme las esperanzas se volteaban hacia la nueva franquicia anunciada de la megacorporación, el Principe de Persia; salió entre rumores de que Zach Efron encarnaría a un más joven Jack Sparrow y otros numerosos rumores.
Aunque el Príncipe de Persia recaudaría lo suficiente para no ser considerado un fracaso, los números en los Estados Unidos no fueron halagadores. Por cosa de promoción y mercadeo, se calcula que Disney salió perdiendo doscientos millones de dolares por su broma. Automáticamente acabaron los rumores, se arrodillaron ante Johnny Deep y de inmediato se puso en producción la que sería la cuarta entrega de la saga de Piratas del Caribe. Las esperanzas de convertir en franquicia al noble Príncipe se hundieron en las Arenas del Tiempo de donde no saldrán en un largo tiempo.

¿Qué fue lo que falló? Fueron muchos los factores, sin embargo quedó claro un principio básico, un gran éxito que genera millones de dolares impone presión en quien lo consigue. Con este dinero en las manos, pueden quedarse quietos, o pueden tratar de aprovechar la vaca de billetes, o simplemente pueden tratar de superarla. En el proceso de superarlo, muchas veces puede suceder todo lo contrario y en una mala apuesta se puede perder TODO. Esto sucedió en el 2001, cuando Square Pictures liberó la promocionada y esperada película Final Fantasy: The Spirits Within.



Final Fantasy VII y Final Fantasy VIII fueron juegos realmente exitosos, que promovieron los gráficos por computadora a un nivel que jamás se habían visto en la historia. También le ganaron una obscena cantidad de dinero a la compañía Square, tanto en Japón como en el resto del mundo (lease Estados Unidos). Basados en este éxito, Hollywood solicitó a los creadores de Final Fantasy que desarrollaran una historia basada en las premisas de la serie.

Con esto en mente, Square creo la compañía Square Pictures para poder desarrollar el proyecto. De la mano de Hironobu Sakagushi (el creador de Final Fantasy VII), este buscó superar todo lo que había sido hecho en el cine hasta ese momento. Aún con los adelantos de Pixar para la época, el director exigió más de la tecnología. La animación de esta película se hizo fotorealista, con personajes y ambientes desarrollados completamente por computadora. Se requirieron de un staff de 200 personas, 960 estaciones de trabajo, 141.964 celdas de animación y cuatro años de arduo trabajo para acabar con todo el proyecto. Con el espaldarazo de Sony Pictures, la compañía Square y sus subsidiarias pusieron gran parte de las ganancias de sus juegos en este proyecto, esperando que fuese su entrada al gran mundo del arte.
Ojo Spoilers!

Tal como en la mayoría de los Final Fantasy, la historia es grandielocuente y compleja. En el año 2065, un meteorito introduce una raza alienígena de apariencia espectral invade el planeta lo destruye. Ante la imposibilidad de luchar contra estos seres, la población se atrinchera en ciudades escudo e intenta sobrevivir. Mientras la humanidad se debate entre encontrar una nueva forma de combatirlos o de abandonar la tierra para habitar el espacio, la doctora Aki Ross se aferra a los valores propios de la humanidad, se infecta con el virus alienígena y descubre la forma de derrotar al enemigo. Pero el tiempo corre en su contra. Mientras Aki busca un milagro; un conflicto interno y unos extraños sueños la llevarán hacia un viaje interior en busca de la salvación de la humanidad. Quizá la solución sean los valores humanos, la dedicación o el amor… 
Fin de spoilers!

El film recibió críticas mixtas, la mayoría de las positivas elogiaban la fuerte personalidad de la protagonista así como anunciaban un nuevo futuro para las películas. Las negativas en cambio atacaron el poco peso de la historia, que de cierta forma divaga y bota durante su hora y media; mientras sus protagonistas tratan de resolver la situación ante un villano casi invencible y una trama innecesariamente complicada. Las malas críticas vinieron acompañadas de una taquilla desastrosa; que le costo 120 millones a la compañia Square, quebró la compañía Square Pictures, fue la razón de la fusión de las competidoras Square y Enix en desventaja para Square; y provocó la renuncia de Hironobu Sakagashi a la compañía (y con él tal vez la última posibilidad de ver un remake de Final Fantasy VII).
Una década después, cuando la mayoría de los adelantos introducidos por Final Fantasy son parte de los juegos y las películas de la actualidad, uno se pregunta ¿qué diablos salió tan mal? La respuesta más probable se encuentra en una hipótesis de la robótica llamada El Valle Inquietante. Desarrollada en 1970 por el profesor Masahi Mori, establece que entre más parecido sea el androide o la representación artificial con el ser humano, el subconsciente lo rechazará. Esta característica ha sido usada de forma magistral por James Cameron en sus películas Terminator, Terminator 2 y Avatar, donde limita las representaciones a alienígenas o robots, y no a personas (no se parecen a personas). Pero quienes las han olvidado se han enfrentado al rechazo de sus obras y a la condenación en taquilla.
A pesar del enorme esfuerzo en que incurrió y el fracaso que resultó, Final Fantasy: The Spirits Within representó un punto de cambio en el cine. En la actualidad los efectos por computadora son la norma, no la excepción. Pero esta medida ha aumentado el presupuesto de las películas, ha provocado grandes problemas y ha hecho la apuesta de Hollywood mucho más incierta. Para cuando se logre la aceptación completa de esta tecnología, el eterno sueño de los productores se hará realidad, no volver a depender más de los caprichos de actores para garantizar su taquilla. Algún día! Algún día!