Cuando el Cómic superó al Cine.

En dos vías. Dos historias del concubinato creativo entre cómic y cine:
una sobre cómo se salvó un proyecto de Federico Fellini y otra acerca
del cómic de Frank Miller al servicio de la gran pantalla.

 

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Fellini hizo guiones para las historietas de Flash Gordon después de
que Mussolini prohibió la importación de las historietas originales
estadounidenses. Fotografía: Library of Congress, Estados Unidos
.
A mediados de los años 30 del siglo pasado, un talentoso
artista adolescente daba sus primeros pasos como ilustrador de diarios y
revistas de su ciudad natal Rimini, en Italia. A los 18 años, en 1938,
el muchacho se traslada a Florencia donde laboró como corrector de
pruebas de la revista L’Avventuroso donde se
publicaban las historietas de Mandrake el mago, Jungle Jim, The Phantom y
Flash Gordon. A los 20 años se fue a trabajar a Roma.
Su pasión por el dibujo fue siempre de la mano con el arte de la narrativa de la imagen o fumetto
, como se le llama a la historieta en su Italia natal. Dentro de esta
disciplina artística tan emparentada con el cine, Federico Fellini, como
se llama nuestro personaje, realizó guiones para las historietas de
Flash Gordon que publicaba la editorial Nerbini, después de que el
régimen fascista de Mussolini prohibió la importación de los originales
norteamericanos. Fue así como, por el camino del fumetto , este versátil artista llegó al cine.
Años
más tarde, siendo ya uno de los más prestigiosos directores de cine de
Italia
y el mundo, Fellini realizaba dibujos en los que mostraba a los
actores de sus películas un “perfil psicológico” de los personajes que
iban a interpretar. “Los dibujos son para mí una manera de preparar un
filme” manifestó en cierta ocasión.
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Algunas escenas de la película 300 son prácticamente copias al carbón de las viñetas de Frank Miller

Un guion de película finalmente llevado al fumetto

En 1965, el afamado director de La Dolce Vita y Amarcord
comenzó a trabajar, junto con Brunello Rondi y el escritor Dino
Buzzati
, en el guion de una película que narra la historia de Mastorna
Fernet
, payaso reconocido por su virtuosismo al tocar el violín. En la
cinta, durante un viaje por Europa en avión, el vuelo aterriza, por una
emergencia, frente a una catedral; esto obliga al payaso a alojarse en
un hotel donde presencia el espectáculo de una hermosa bailarina del
vientre, que termina dando a luz en el escenario. Impresionado, Mastorna
se va a su habitación donde ve por la televisión la noticia, en un
alemán que no entiende, del accidente de su avión.
Fellini comenzó a escoger el elenco de actores para este
filme; entre ellos estaba la cantante italiana Mina, quien no aceptó el
papel que le asignaron.
Por muchos motivos, la película no se pudo realizar como se tenía planeado. Entonces, casi 30 años después, llegó el fumetto
–esa vieja pasión del gran director– al rescate del ambicioso
proyecto. El destacado artista gráfico Milo Manara, famoso historietista
italiano que antes, en 1986, había dibujado su Viaggio a Tulum (también sobre un guion de Fellini), realizó una versión en novela gráfica de El viaje de Mastorna , basado en un storyboard del mismo director, cuya primera entrega se publicó en la revista The Griffin en 1992.
Pese
a que la historia se pensaba hacer bastante extensa, la editorial
responsable de la revista cometió el error de poner “fin” en lugar de
“continuará” al final de un episodio, lo cual llevó al escritor Ermanno
Cavazzoni
a felicitar efusivamente a Fellini por el excelente final de
la historia. El cineasta decide no continuar con el relato.
Fellini y Manara se manifestaban mutua admiración en sus
respectivas disciplinas artísticas. En cierta ocasión, Manara llegó a
decir que el historietista –también italiano– Hugo Pratt y Federico
Fellini
habían sido sus grandes maestros en el arte de la narrativa de
imagen.

300 : el cine en función del cómic

Cuando un niño, el talentoso artista de novelas gráficas norteamericano Frank Miller vio la película El león de Esparta (The 300 Spartans
, 1962), en la cual se narraba la historia de los 300 valientes
guerreros espartanos que, comandados por el rey Leónidas, enfrentaron
con éxito, en el año 489 a. C. a miles de invasores persas en el paso de
las Termópilas. Esta asombrosa historia de coraje y valor marcó a
Frank Miller; a lo largo de los años tuvo la idea de realizarla como
secuencia gráfica ilustrada, gracias al natural talento con el que
nació.
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Cuando se sintió con la suficiente madurez
artística para acometer este ambicioso proyecto, lo llevó a cabo junto a
su esposa de entonces, Lynn Varley, encargada de aplicar los soberbios
colores a esta obra cumbre de la narrativa gráfica mundial. De esta
forma, 300 fue publicada en Estados Unidos por la editorial Dark Horse, entre mayo y octubre de 1998, en una miniserie de cinco comic-books.
El contundente éxito de esta obra no se hizo esperar: 300
se llevó las tres preseas más importantes de los Premios Eisner en el
1999
como mejor serie limitada, mejor guionista/dibujante y mejor
color
; los galardones en novela gráfica son equivalentes a haber ganado
el Óscar a mejor película, mejor director y mejor Fotografía. Ese
mismo año obtuvo el Premio a la Mejor Obra Extranjera en el Salón del
Cómic de Barcelona, España.
Pronto, Hollywood puso los ojos en este exitoso álbum y en el 2006 comenzó el rodaje de la película 300 , bajo la dirección de Zack Snyder; se estrenó en el cine en marzo del 2007.
Como
pocas veces se ha visto en el cine, la versión fílmica de 300 buscó
adaptarse lo más posible, en su estilo visual, a la obra original de
Frank Miller (como ya se había hecho en el 2005 con Sin City
, otra novela gráfica del mismo autor), al grado de que varias escenas,
como la del joven Leónidas matando a un lobo con una lanza o la caída
por un acantilado de los guerreros persas empujados por los espartanos,
fueron una copia fiel –se diría que “al carbón”– de las viñetas del gran
dibujante nacido en Maryland .
Por si lo anterior
fuera poco, y para respetar los tonos sepia aplicados en la historieta
por Lynn Varley, todas las escenas fueron filmadas en interiores. Igual
se usaron las extravagantes indumentarias del rey Jerges diseñadas por
Miller para su novela gráfica, las cuales, según algunos críticos, no
tienen rigor histórico documental pues eran una fantasía creativa del
Miller.
El cine en función del cómic o el cómic
superando al cine. Así podría resumirse este fenómeno de la industria
audiovisual de los últimos tiempos, en los que los personajes más
famosos del cómic y la novela gráfica son los amos y señores de
Hollywood.
Sierra Quintero, Oscar (2016). “Cuando el cómic superó al cine”. San José: La Nación. Recuperado de: http://www.nacion.com/ocio/artes/comic-supero-cine_0_1551044904.html El autor es director de los movimientos artísticos La Pluma Comic y La Pluma Sonriente.