Si ya sé que
estarán pensando, como se le ocurre comentar un anime de pelea y para colmo
anticucho (antiguo). Pues me arriesgo debido a que no tiene pierde (sobre todo
el manga). Es decir, el opening es metal japonés (Dir en Grey) muy bueno,
captas clarito su ingles después de escucharlo unas 10 veces por lo menos. El
diseño en un inicio me recordó mis tardes viendo YuYu Hakusho pero eso es
típico de las series de los 90’s.
La trama empieza
lenta pero no la acción, no hay capitulo sin que BAKI termine magullado o
golpeando a otros. Si ya sé que fue un error colocarle esa cara de niño bueno
con tanto musculo (y no se olviden del lunar) pero había que mezclar algo de
los padres en esto.
Pero vamos a los
hechos, BAKI del genial aviador karateca Keisuke Itagaki, muestra la hoja de
ruta de un hijo que desea superar al padre o en el mejor de los casos
“lograr que no lo mate”. Agreguémosle una madre sedienta (si no hay
otra palabra para describirla) de carne (Uds. saben a lo que me refiero) y
sangre. Y tendremos al típico matón de barrio, el cual golpeara a todo aquel
que su tierna madre le mande; no me malentiendan, ella solo hace lo que
cualquier madre haría para hacer a su pequeño más fuerte y de paso hacerle ver
al padre que va por buen camino.
Pero y ¿quién es
ese desnaturalizado?, nada menos que el hombre más fuerte del mundo, tan fuerte
que los músculos de su espalda tienen forma de ONI cachaciento…
A lo largo que se
desarrolla el anime, esperaba más acción y más hilo argumental pero la verdad
sea dicha de los 24 episodios que conforman BAKI me quedo con los diez primeros
y esto es decir mucho. La esperada pelea con su padre, digámoslo, no fue tan
buena pero si muy traumática.
En su segunda
parte, BAKI ha crecido y vive con una familia de un ex-luchador que murió en su
ley, BAKI claro sigue siendo el pleitero de siempre.
Si retomamos al
manga nos encontramos con más de una sorpresa, esta genial obra que puede ser
leída en mangareader en su totalidad desborda en crueldad y en un gran dominio
del maestro Itagaki en plasmar la belleza de las luchas. En un siguiente número
les reseño los mejores ataques.