Lecturas: 317
¡Sigh! Se como se siente el infame autor de
Gundam durante los comentarios de DVD de
Victory Gundam. Este año ha sido uno de más errores que de aciertos. Por cada
Maria Holic que he investigado para hablar de ellas para
Neoverso, he encontrado nueve bodrios engendros que debo tragarme a cambio de continuar con los quince minutos y mantener el blog activo (si, porque un blog no se hace sólo queridos colegas que deberían hablar un poco más seguido). Cuando aborde por primera vez
Asura Cryin lo hice con la mente abierta, pero ya se veía sospechosa. Dos de las protagonistas son tetonas (vaya que son tetonas), combina géneros que de por si no son afines (
sobrenatural,
fantasía y mecha) y proviene de una novela ligera (barata). La receta para el desastre. Después de tener que tragarme la traducción de
High School DxD New (inserte sonido de vómito y lamentos estremecedores de ultratumba acá), he quedado muy desconfiado de las series de anime que combinan ciertas cosas que ya has visto. Pero bueno, quien quita un quite.
Asura Cryin proviene de la mente de Gakuto Mikuno (de fama también con Dantalian) con el arte de Nao Watanuki. Tal como suele suceder, un estudio recién llegado al ambiente de la animación (Seven Arcs de fama por Magical Girl Lyrical Nanoha) compro los derechos de la obra a ASCII Media Works y produjo una versión para anime en conjunto con un manga para la temporada de primavera del 2009. Con la dirección de Keizo Kuzakawa, la serie de trece episodios comienza su emisión el 2 de abril del 2009 en la cadena AT-X.
Inicio! Spoiler!
Fin! Spoiler!
¿Hay segunda temporada de esta cosa? La respuesta es si, hay segunda temporada, para mi desgracia (ustedes perfectamente pueden pasar de largo el artículo, yo soy masoquista). Lo que le hace más daño a la serie es que nunca decide el tono. Tanto en la novela ligera como en la serie animada, existe una mezcla entre humor sexual (con mucha tensión), momentos de seriedad lúcida y acción. Pero la mezcla balanceada no es suficiente. No, no se puede meter una broma en medio de una situación seria y pensar que es de buen gusto. No, una gynoid no puede tener algunas partes humanas porque sino tendría problemas para cargar la tecnología. No, es difícil creer que un alma pueda alimentar una máquina y que sea creíble (ver Valvrave). ¿Quién se va a tragar todo eso? Si a eso le agregamos la pauperrimidad en aspectos básicos como animación, musicalización y voces, el resultado que nos deja es muy pobre.
Pero, por alguna razón, la serie se rescata a si misma al final. ¿Por qué? Porque muere alguien. A diferencia de las series basura que han abundado en las novelas ligeras, el autor da un paso y mata a un personaje secundario, inutiliza a uno de los primeros villanos de la serie y le da un senton a todos héroes y protagonistas de la serie. Si, se pueden morir todos estos invencibles exagerados, una muerte sin gracia, desaparecidos en el olvido eterno. Tal como Aine y Saeki, lo suyo le puede pasar a todos. En ese pequeño punto de inflexión la serie da el paso decisivo a la seriedad, donde se ve la consecuencia del uso de las máquinas malditas y el final que espera a todos (aunque si todo sale bien habrá muchos finales felices). Por lo cual, luego de ahogarse toda la serie el final para mi gusto compuso muy bien.
La serie pasó por la “muerte por anime” de la cual muchas novelas ligeras jamás se recuperaron, de esto posiblemente hablaré este año. Pero la reflexión que me deja esta serie es diferente. Estos últimos años han salido muchas series que no dan el tope en la calidad que los espectadores quisieramos ver. Yo quisiera ver más Robotic Notes, más Psycho-Pass y un poco más de Toaru Hikuushi e no Koiuta. Yo quisiera que las OVAS fueran como Macross Plus, las películas como Ninja Scroll y las series como Evangelion. Hay otros más extremos, que se riegan por Leiji Matsumoto, por Go Nagai, por Hayao Miyazaki y por Yoshiyuki Tomino como lo mejor que jamás le pasó al anime menospreciando el presente. Pero la mayoría de esos que damos opinión estamos en los tas (treintas, cuarentas, cincuentas). O sea, somos reliquias. Reliquias de tiempos pasados. ¡Esos tiempos ya pasaron! Lo que nos queda es hacer como Victor Otaku y el grupo al que represento; escoger una serie con los ojos cerrados y cruzar los dedos. Así que no se dejen llevar por las “recomendaciones”, ni por mis palabras. No teman, si quieren ver si les gusta algo TIENEN QUE VERLO. No dejen que nadie les diga que es bueno para ustedes y que no. Porque tal como lo dijo Theodore Sturgeon “el 90% de la ficción es mierda porque el 90% de todo es mierda”. Y todo es todo, incluyendo el anime. Así que para encontrar las joyas en bruto, hay que bucear en el caldo café. Por esto seguiré con mi escafandra y buceare en el subconsciente a ver que otra cosa encuentro. ¿Harán lo mismo? Los reto a hacerlo.