Mobile Suit Gundam; el 35 aniversario del Star Trek japones

Este es un
clásico nos recuerda de lo que están hechas las leyendas. El elemento
que hace imperecedera una historia es el impacto que tiene en el
público, sin importar la edad o el tiempo.



¿Cómo detectar cuando se está frente a una serie de anime que permanecerá en la historia?


Es una pregunta difícil, con una respuesta aún más difícil e improbable. La medida del éxito ya ha sido entregada por gigantes de la industria que han pasado antes que nosotros, siendo Akira Toriyama uno de los más vivos ejemplos. Su serie inspirada en el “Viaje al Oeste” permanecerá inalterada para siempre en el imaginario de los aficionados del animé, y que ha servido como guía para otras series shonen que rugen en la actualidad (Dragon Ball).


Pero, suele suceder a veces, que una serie corta adquiere ese aire de inmortalidad años después de su primera emisión. Hideaki Anno con Neon Genesis Evangelion logró atraer a un público fiel con sólo 26 episodios de una de las series más controversiales que ha sido emitida jamás en la televisión. Shinchiro Watanabe se ha caracterizado por crear personajes y situaciones inolvidables con sus series cortas, donde perdedores vagabundos sin vida se ven reunidos con un objetivo en común en un ambiente que contrasta con la musicalización de la era y el género que representan.

 


 

 



A finales de los setenta, luego de una carrera sin lustre y ambivalente en el género de los Super Robot (al menos dos series exitosas que se olvidarían en el tiempo e igual número de fracasos), Yoshiyuki Tomino, uno de los fundadores de la Sunrise, dio inicio a una nueva era sin proponerselo. Porque la gran cantidad de talento que poseía la entonces compañía de animación no lograba ponerse de acuerdo para llevar a cabo los planes de animación para los siguientes años. Es gracias a su impulso que se forma el tanque de ideas que definirá a la Sunrise durante los siguientes 30 años, Hajime Yatate. Ya solo este evento sería suficiente para que él pasara a la historia como uno de los grandes exponentes del anime moderno, por la cantidad de series en las que ha contribuido esta iniciativa hasta la fecha. Pero, el primer proyecto de este esfuerzo transformaría para siempre el género de robots, cambiaría el paradigma de como se venían haciendo las cosas en la televisión y estrellaría a este director contra la inmortalidad.

 




Mobile Suit Gundam nace de la mente creativa de Yoshiyuki Tomino, con la contribución de Hajime Yatate, a finales de 1978. Dado el éxito que había tenido el autor con sus anteriores series y su posición como fundador de la Sunrise se le dio luz verde para que desarrollara el proyecto como él deseaba. Pero tal como muchos niños de la guerra, él se concentró en reflejar la angustia, la inmisericordia y la inutilidad de la guerra tal como su generación lo habían vivido. Dejando de lado las anécdotas entretenidas pero que tienen que ver poco con una obra clásica; Gundam se inspira principalmente en la novela Starship Troopers de Robert Heinlein (en la parte de las unidades mecánicas mobiles) y en 2001 Odisea del Espacio. Con una fuerte orientación hacia el espacio, la obra comienza su emisión el 7 de abril de 1979. Cuando el público la observó por primera vez, vio algo como jamás había visto en la vida.

 

Inicio! Spoilers!

Fin! Spoilers!

 

La primera emisión de Gundam fue un FRACASO. Así como lo pongo, fracaso en mayúscula y negrita. Al igual que con Star Trek en Estados Unidos (que terminó en su tercera temporada), una serie planeada para durar un año completo (51 episodios) fue mutilada a 39 episodios por la caída de los ratings y el fracaso en las ventas de las miniaturas de los modelos de los robots. Con esto, muchos de los planes de Yoshiyuki Tomino (como entregarle a Amuro un nuevo Mobile Suit) se fueron por la cañería. Fue gracias a la súplica del equipo de producción más la palanca que poseía el director que pudieron extender la emisión un mes más, para concluir con 43 episodios. Este breve respiro permitió que la obra terminara decentemente, y propició el que es considerado uno de los momentos más trágicos del anime de todos los tiempos; el final de Lalah Sune tal como lo conocemos.

 

Al igual que con Star Trek (que se volvió popular en los reruns y con las películas); después de su emisión ocurrieron dos cosas que le devolvieron la vida a este proyecto que cambiaría la historia. El primero fue la creación de tres películas basadas en la serie (gracias a que la serie ganó la primera Anime Grand Prix en 1980), las cuales fueron emitidas entre 1981 a 1983 y fueron un éxito de taquilla. La segunda es que cuando expiraron los derechos de la compañía que hacía las miniaturas, la Sunrise los cedió a la Bandai, la cual reformuló toda la línea de robots; convirtiéndolos en las miniaturas más exitosas de la historia (ver artículo de Gunpla esta misma semana). Ambas medidas atrajeron aficionados y fans en Japón, que solicitaron y consumieron las reediciones de la serie original. Gracias a esto, seis años después se emite su secuela, Mobile Suit Z Gundam; la cual tuvo un éxito arrollador (es la serie Gundam con mejor rating de la franquicia hasta ahora, por encima por muy poco de Gundam SEED) y a partir de aquí se comenzó a escribir la historia.

 

Las contribuciones de Gundam como serie y como producto no pueden ser ignoradas, menos despreciadas o dejadas de lado. Este fue el punto de partida de la franquicia de anime más larga y exitosa que ha tenido Japón hasta la fecha. Hasta este momento; más de 30 productos, 10 inspirados en la serie original, que invaden el mercado con insistencia. Bandai, que absorbió a la Sunrise a mediados de los noventa, sigue produciendo la línea de robots de Gundam que tanto éxito le trajo en sus primeros días. A pesar de los cambios constantes (Gundam Builder Fighters ha llegado a reflejar el deseo de los fans de las miniaturas) y los tropezones, los aficionados de Gundam seguimos la mayoría de sus propuestas casi de forma incondicional, y logramos reponernos cuando productos de calidad como los OVA de Gundam Unicorn llegan a consolarnos cuando a algún directivo le hace falta acierto en sus percepciones del mercado. Tal vez Gundam Origin o el anticipado regreso de Yoshiyuki Tomino con Gundam Reconguista in G nos despierten las ilusiones.
Modelos de Gundam 0083 de Shoji Kawamori y Hajime Katoki.

 

Otro de los grandes elementos que hacen a Gundam una serie pionera fue la inspiración. Porque para los que sigan insistiendo conque Evangelion es superior, debo recordarles que Hideaki Anno se inspiró en esta serie y en Space Runaways Ideon para la creación de su magna obra. Gundam ha inspirado a una gran cantidad de talentos en el diseño gráfico, no tanto en la animación o dibujo de manga. Shinji Aramaki y Shoji Kawamori (Macross) nacieron de la inspiración que dejo Gundam en sus vidas y en sus carreras. Más que Go Nagai (Mazinger), fue Yoshiyuki Tomino quien dejo la impresión más duradera en la generación que ahora define nuestros gustos por el mecha, las peleas de robots y la forma en que se debe desarrollar la trama de una historia de guerra, además de crear el género de Real Robot para la historia.
En su 35 años, es bueno revisar la serie con ojos más objetivos. La animación es anticuada (es la quintaesencia de las series setenteras mal dibujadas), la tecnología anacrónica hasta el punto de la obsolescencia, comparada con los tiempos modernos. Sin embargo, este es un clásico nos recuerda de lo que están hechas las leyendas. El elemento que hace imperecedera una historia es el impacto que tiene en el público, sin importar la edad o el tiempo. Con un mensaje antiguerra, con una división constante entre los seres humanos que evolucionan y quienes se quedan rezagados, con personajes bien definidos y carismáticos, así como el cambio que introdujo en el paradigma del género de robots; Gundam formó un imperio que nos acompaña hasta el día de hoy. Todos sus fans rezamos porque nos siga acompañando por mucho tiempo, sea de la forma que sea.