RAIL WARS! (2014)

Rail Wars! se desarrolla en un universo alternativo en el que el gobierno japonés sigue controlando los sistemas ferroviarios de la nación. Gracias a la estabilidad que proporciona el liderazgo del gobierno, el sistema ferroviario puede prosperar.

Naoto Takayama aspira a convertirse en empleado de los Ferrocarriles Nacionales de Japón por la cómoda vida que le permitirá llevar. Para conseguirlo ingresa en su programa de formación, en el que los alumnos deben demostrar sus conocimientos sobre trenes, así como su capacidad para estar preparados ante cualquier reto que pueda surgir.

Durante este periodo conocerá a otros estudiantes como la atlética Aoi Sakura, el hambriento Sho Iwaizumi y la enciclopedia humana Haruka Komi. Juntos se esforzarán por sobrevivir a su periodo de prácticas, mientras se enfrentan a ladrones de bolsos, amenazas de bomba y el inminente espectro del grupo extremista “RJ”, que quiere privatizar el sistema ferroviario.

Antecedentes de Rail Wars!

Del 6 de junio de 2014 al 6 de julio de 2014, los primeros episodios de Rail Wars! se emitieron en streaming en Niconico. La emisión televisiva regular comenzó el 4 de julio de 2014 (3 de julio, 25:46) en TBS.

 

¿A los japoneses les gustan los trenes?

La cultura japonesa es una de grandes contrastes, de los cuales apenas si vemos una pincelada en los animes. Como reflejo del tiempo y de los cambios que se presentan, hemos pasado de la aceptación al rechazo del Enjo Kosei (o la aceptación de la efebofilia como norma cultural), la lamentable infantilización de la figura femenina para el gusto y disgusto de muchos aficionados (hay quienes gustan de las lolis, no soy uno)  y el progreso del ecchi como parte integral del entrentenimiento moderno.
Pero hay cosas que no han cambiado (ni lo van a hacer) por más que protesten o se rasguen las vestiduras grupos tan diversos como los de igualdad, las que combaten el sexismo o los moralistas religiosos (si todos juntos al mismo tiempo).
Porque el público meta del anime moderno son adolescentes y jóvenes (hombres y mujeres) de entre 15 a 25 años; educados bajo un sistema sumamente machista y acostumbrados a viajar en tren porque es la forma más barata de transportarse por el área metropolitana de la Isla del Sol Naciente.
Si esto no los excita, a los japoneses si.
¿Trenes? ¿Pero cómo se me ocurre decir a mi semejante blasfemia?
En América (desde el Estrecho de Bering hasta el Estrecho de Magallanes) el tren es el símbolo decadente de una industria impuesta por los ingleses a finales del siglo XIX que no representa a la juventud del siglo XXI. Con maquinaria de más de sesenta años, horarios atroces (que le dan un nuevo sentido a “pasar cuando me da la gana”), accidentes comunes en las vías y sobresaturación; el tren es el símbolo de un mal necesario en este continente.
Pero, observen con atención cualquier anime de tiempos modernos, en todos notaran que tanto estudiantes como adolescentes de la Zona del Kanto USAN el tren como medio de transporte normal. En ninguna de sus historias pasa por sus cabezas conseguir un carro para impresionar a las chicas (los carros solo los usan los villanos o los símbolos del poder).
En un archipielago como Japón, escaso en hidrocarburos y con una geografía repleta de montañas (y sazonada de volcanes), el tren es la forma más barata de comunicar el enorme casco urbano en que se ha transformado el sur de la isla de Honshu (sino todo Japón).
La importancia de este medio de transporte es tal que quienes lo administran (en la actualidad el JR Group) se enorgullecen del cumplimiento de los horarios y de la calidad de sus servicios. Tales características han sido llevadas a la pantalla; sea en elaboradas series de misterio (donde los horarios de tren se usan como pistas importantes), Super Sentais (Ressha Sentai ToQger, si ya hay Power Rangers que van a usar trenes) o en este caso en una novela ligera adaptada al anime.
Porque debemos admitirlo, ¿qué hay más cómico que reírnos de algo que es parte de nuestra rutina diaria? La pregunta más bien sería, ¿podemos reírnos de ello?

Rail Wars! Japanese National Railways Security Force

Ficha Técnica

  • Tipo: TV
  • Episodios: 12
  • Estado: Emisión Finalizada
  • Emitido: Jul 4, 2014 to Sep 19, 2014
  • Estrenada: Verano de 2014
  • Productores: Lantis, Pony Canyon, TBS
  • Concesionarios: Sentai Filmworks
  • Estudios: Passione
  • Fuente: Novela ligera
  • Género: Acción, Ecchi
  • Temas: Detective, Harem, Lugar de trabajo
  • Duración: 24 min. por ep.
  • Clasificación: PG-13 – Mayores de 13 años
  • Creador: Takumi Toyoda
  • Director: Yoshifumi Matsuda
  • Escritor: Masashi Suzuki
  • Música: Yoshimasa Fujisawa
  • Studio: Passione
  • Cadena: TBS
  • Emisión de Julio a Septiembre del 2014

Atencióm! Spoilers de Rail Wars!

Si quieres adentrarte en la trama de este animé, puedes continuar con esta sección ¡Aquí te cuento todo lo que acontece en este animé, léase con precaución!
En una realidad alterna al Japón actual, el sistema ferroviario no ha sido privatizado (por lo tanto el sistema de vías pertenece a la JNR (Japanese National Railways), una gran coorporación patrocinada por el estado, Naoto Takayama (un otaku de los trenes) ingresa a la Academia Central de Ferrocarriles Nacionales de Japón para conseguir su sueño de transformarse en maquinista.
De forma poco heterodoxa conoce a dos de sus compañeras de clase, Haruka Komi (con quien se tropieza hasta accidentalmente manosearla) y Aoi Sakurai (quien lo patea por su atrevimiento). Junto con Sho Iwazumi conforman un grupo singular que se destaca durante el entrenamiento y consigue graduarse por encima de sus compañeros.
Luego de una accidentada semana de prueba (donde detienen un atraco), los chicos se integran al Cuarto Escuadrón de Seguridad (el 4K) a cargo de la Nana Iida.

Ojo! Spoilers!

La vida en la K4 se vuelve realmente accidentada cuando se presenta situación tras situación que pone a prueba la capacidad del escuadrón.
El primer asunto que deben enfrentar es una bomba colocada por terroristas pagados por organizaciones privadas que buscan el cierre de la JNRC (en donde Naoto y Aoi se combinan para desactivar), luego el equipo debe esforzarse para localizar a una muchacha secuestrada, amiga en Mari Sassho (amiga de Naoto y asignada al servicio de restaurante de la organización). Por último, el escuadrón es asignado para proteger a la ídolo del ferrocarril Noa Kashima de un acosador que la ha amenazado en uno de sus conciertos.
A pesar de los “peligros” que enfrentan el equipo se desenvuelve perfectamente y sobrevive a dichas pruebas, gracias a esto Naoto es nombrado como jefe adjunto del escuadrón.

Ojo! Spoilers!

La incapacidad de Naoto para pelear y desenvolverse con armas lo motiva a pedirle a su compañera Aoi que lo entrene en esas áreas. Lamentablemente, tras una accidentada mañana en el paintball, ambos se ponen tras la pista de un sospechoso.
Esto destruye los planes que Naoto tenía con su amiga Mari, pero durante una persecusión de día y medio a través de la región noreste de Japón finalmente Naoto y Aoi logran evitar una tragedia luego de que el sospechoso detona una bomba en la vía (destruyendo un alambre para advertir sobre derrumbes en la posición más incómoda del mundo).

Ojo! Spoilers!

Debido a este acontecimiento, la comandante Hitomo Gono le ordena a todo el escuadrón que guarde reposo en casa. Pero Naoto recibe una carta de amenaza y sale de su hogar con la impresión de que están tras su pista.
Este se junta accidentalmente con Haruka, que lo guía por la ciudad para escapar de sus supuestos asesinos. Tras su pista esta una Aoi realmente celosa (hasta el punto de dispararles por accidente), la comandante Gono y Nana Iida; que están en el área para atender un robo en el Museo de Ferrocarriles.
Durante el enredo (que termina felizmente con la captura de los criminales), una desnuda y asustada Haruka rememora la razón por la cual le gustan los ferrocarriles, ella de niña se perdió en el museo y la rescató el mismisimo Naoto.

 

Ojo! Spoilers!

A los muchachos los invitan a asistir a un entrenamiento de medio período en Karuizawa, cerca del paso Usui (famoso en Initial D). A pesar de los mejores esfuerzos, los chicos fracasan en el simulador de ferrocarril debido a la indiferencia de Aoi (que maneja la última máquina).
El fracaso hace mella en Naoto, que siempre ha soñado ser conductor por un hecho en su niñez (él enfermó de improviso y un conductor lo recogió para llevarlo al hospital).
Como tienen el siguiente día libre, los chicos salen de paseo por la ciudad, pero la situación se transforma en una de caos cuando tras una intriga de Noa, las cuatro chicas (Mari, Noa, Haruka y Aoi) terminan descubriendo que están tras los sentimientos de Naoto.

 

Ojo! Spoilers!

La situación se desarma sola debido a que ocurre un deslizamiento en la ruta del tren.
Luego de evacuar y asegurar a los pasajeros, el escuadrón descubre que una empleada del sistema de donación de órganos de Japón requiere llevar un organo a Yokokawa en menos de dos horas. Tras la insistencia de Haruka, Naoto descubre a través del mapa que cabe la posibilidad que la línea vieja (de la era Meiji) se encuentre intacta.
Con la ayuda de una dresina denominada “Abbty” (por el sistema de freno dinámico que posee), el escuadrón emprende la peligrosa maniobra de bajar la montaña hasta Yokokawa, lo cual logran tras un sinfín de incidentes ocasionado por la pendiente abrupta de descenso, la edad del equipo y el mismo riesgo que representa la vía que transitan.
Al final, tras destruir el vehículo logran llegar con el órgano intacto y reciben el reconocimiento por su labor. Allí es donde Naoto reconoce para si mismo que su sueño de ser maquinista puede esperar y se enfoca seriamente en su responsabilidad de líder de escuadrón.

 

Ojo! Spoilers!

Un tiempo después de este episodio, el equipo recibe la misión de escoltar al príncipe Bernina del Reino de Atela a una actividad de “ciudades gemelas” en el Noreste de Japón (Sapporo).
Como es costumbre de un dignatario de ese calibre se asigna un tren especial para su transporte, lo interesante es la razón de la asignación, Haruka y el príncipe fueron compañeros de colegio. Tal como suele suceder en esta historia, el viaje sufre de todos los problemas que se pueden esperar de escoltar a una realeza.
Aoi se queda en la estación de partida mientras daba a caza a un sospechoso, el resto del equipo intercambia al príncipe con Haruka (algo que parece ilógico debido a la diferencia en masa corporal entre ambos). Pero las cosas se tornan más oscuras debido a un atentado donde cuatro miembros de la familia real de Benina sufren un accidente muy extraño.
La noticia provoca un lapsus en el príncipe, que es rescatado del baño por Naoto solo para descubrir que es una princesa.

Ojo! Spoilers!

Mientras descansan en el vagón comedor, los malechores hacen su movimiento. Dos matones hacen lo posible por hacerse del príncipe, pero entre Iwazumi, Naoto y Aoi se combinan para detenerlos.
No son los únicos, su líder se ha bajado con anticipación y ha secuestrado a Haruka a la cual cambiará por el príncipe. Con el apoyo de la señora Iida, Naoto cambia de ropa con el príncipe Benina y este baja para continuar con otra escolta su camino a su destino.
Naoto continúa junto con Aoi e Iwazumi, donde tras un breve enfrentamiento logran reducir a los secuestradores y rescatar a Haruka, pero en el proceso el tren donde viajan queda fuera de control. Haruka e Iwazumi logran saltar al vagón de pasajeros, que desconectan del principal.
Pero debido a que Aoi resultó herida en la escaramuza Naoto decide quedarse con ella. Finalmente, el tren negro (la fuerza principal de policía) los alcanza y detiene la locomotora, salvando a los muchachos.

Ojo! Spoilers!

Debido a su buen desempeño, Iida y Naoto toman un tren bala de vieja generación para regresar a Tokyo. Durante el trayecto, ambos deben unirse para resolver los sucesivos problemas que presenta la máquina, a pesar de la insistencia del conductor.
Con la colaboración del jefe de trenes, el viaje termina sin incidentes (y descubrimos que en esta realidad no existe discriminación de sexos); pero al llegar a la oficina la encuentran vacía. Naoto regresa a su casa, donde una cargada Noa lo recibe junto con sus amigos, para pasar el fin de semana y rememorar las aventuras que han tenido hasta ese día.

Fin! Spoilers de Rail Wars!

Personajes de Rail Wars!, de izquierda a derecha Sho Iwazumi, Haruka Komi, Naoto Takayama, Aoi Sakurai, Nana Iida e Hitomo Gono.

La crónica de una basura divertida

Con un argumento como este uno pensaría que podría estar ante una serie interesante, relacionada con algo que es común en la cultura japonesa. Estamos hablando de que la JNR en su mejor momento era un monstruo, que además de administrar trenes poseía su propia policía, sus estrellas pop pagadas y sus propios escuadrones de seguridad.
La visión de un estado dentro del estado (que se lanza como chapotazos de pintura en la serie) es una trama subyacente que debería interesar una mente más activa; pero hay que admitir que la serie al igual que su novela gráfica se ahogó en tetas, tetas y más tetas; tetas hasta ahogarse.
No sólo las protagonistas son bien dotadas, la mayoría de las mujeres que tienen contacto con el héroe (el otro muchacho es sólo un adorno de carrocería) están muy bien dotadas y son propensas a caer sobre el héroe en las posiciones más incómodas. Sin llegar al nivel de Ladies vrs. Butlers (en este caso los accidentes ocurren por razones lógicas); lo único que ofrece la serie es un deleite a los ojos de los solitarios otakus que pasan su vida entre almohadas, algodones y basureros.

Rail Wars! ¿O Rail Whores?

A pesar de esto, tal como Victor Otaku me lo dijo, es basura divertida.
El argumento no está mal (aunque las cosas suceden a cuentagotas debido a que la atención está puesta en lo que deja dinero), los personajes tratan de salir del estereotipo (Naoto es un muchacho responsable que como premio a su arduo trabajo es promovido a líder y su trabajo está por encima del harem que trata de reducirlo) y las muchachas que se conservan en el esquema; la serie da tumbos entre la indiferencia y la risa para dejarnos un mensaje peculiar, el autor de la novela ligera Takumi Toyoda ama los trenes.
No es un amor común, es una obsesión por los detalles que cualquier aficionado a otro género y otras disciplinas reconocería.
Es en este amor y en este detalle que Rail Wars! sobresale, nos entrega un pedazo de la sociedad japonesa que desconocemos (porque no la vivimos) y nos transporta entre senos a un mundo idílico donde no se privatizó el servicio de trenes.
Así que mientras esperamos segunda temporada (esa segunda temporada es un genuino misterio sin resolver); para los enfermos y los aficionados, ese sería un lugar idílico donde estar, si todo se presentara de esa forma. Que pena que afuera todo duela.
¡Qué divertido! Segunda temporada. :'(