Chiyahafuru

CHIHAYAFURU (2011)

De niña, Chihaya Ayase sólo tenía un sueño: ver a su hermana mayor, Chitose, convertirse en la modelo más exitosa de Japón. Sin embargo, al defender a su compañero de clase, Arata Wataya, de su matón -el amigo de la infancia de Chihaya, Taichi Mashima-, descubre el mundo de la karuta de competición y pronto se enamora de este deporte.

Basado en la antología de los Cien Poetas de Ogura, este juego de cartas en el que se estudian poemas requiere una excelente memoria, agilidad y una enorme resistencia por parte de los jugadores. Llena de esperanza, Chihaya se une a la Sociedad Shiranami junto con los recién reconciliados Arata y Taichi, embarcándose en un emocionante viaje por el título que se otorga a la jugadora mejor clasificada: la Reina de Karuta.

Desde la escuela secundaria, Chihaya se distanció de un desapasionado Taichi y se separó de Arata. Sin embargo, para mejorar sus habilidades, Chihaya decide crear un club de karuta en su instituto. Con la ayuda de Taichi, otro jugador veterano, y de algunos animosos recién llegados, el recién fundado Club de Karuta Mizusawa aspira a la victoria en el campeonato nacional del Santuario Omi.

 

Sufran con la Reina del Karuta.

La omnipresencia del deporte en el manga y el anime

Uno de los géneros más populares del manga y del anime es el deporte. Para un costarricense como un servidor, era un pecado capital perderse un sólo capítulo de Supercampeones (Oozora Tsubasa con su eterno sueño de ser campeón del mundo).
Lamentablemente para el género de los deportes, la popularidad y los raitings son los que deciden sobre que se va a hacer una serie. Aunque existen claras excepciones a la regla, la mayoría de los animes de deportes se enfocan en el héroe que se abre paso para conseguir su sueño (y el de Japón) de ser el más grande en un deporte popular.
Ya sea el mencionado Oozora (traducido a Oliver Atón en occidente), Eijun Sawamura (de Ace of Diamond) o de Hajime Ichinose (de Hajime no Ippo); estos se enfocan en el esfuerzo del héroe y entran en el eterno problema de bajar el nivel a los enemigos que los han derrotado. Pero si uno lo piensa seriamente, ¿no existen otros deportes en Japón de los cuales sentirse orgullosos?
Chiyahafuru
En la generalidad de los casos (incluyendo Suzuka), los protagonistas deportistas de las obras son de promedio a retrasados. Con una gran habilidad atlética y física, sus bajas calificaciones y los esfuerzos por sobrevivir académicamente son elementos comunes de la trama (o no se han extrañado que Oozora se fuera con diecisiete años a Brasil para probar suerte en lugar de terminar la secundaria).
Por eso cuando Victor Otaku me recomendó Chihayafuru, la verdad tenía mis reservas. Es que desde un punto de vista objetivo, fue una serie popular del 2011 (no lo suficiente para desbancar a Mirai Nikki) y fue un éxito en crítica; pero como elemento de acción no parecía tener mucho fuerte. Así que me senté y comencé a devorar la serie. Literalmente, la consumí con mucho gusto.
El equipo del karuta del Colegio Mizusawa, de izquierda a derecha, Yusei Nishida (Nikuman)Tsutomu Komano (Destomu), Chihaya Ayase, Kanada Oe y Taichi Mashima.

Chihayafuru Ficha Técnica

Creadora: Yuki Suetsugu
Editorial: Kodansha
Director: Morio Asaka
Escritora: Naoya Takayama
Música: Kousuke Yamashita
Studio: Madhouse
Cadena: Nippon TV
Emisión de Octubre del 2011 a Marzo del 2012

Inicio! Spoilers Chiyahafuru!

 
Si quieres adentrarte en la trama de este animé Chiyahafuru, puedes entrar a mi artículo: [Spoilers] Chihayafuru. ¡Allí te cuento todo lo que acontece en este animé, léase con precaución! 
 

 

Fin! Spoilers Chiyahafuru !

Chiyahafuru

Chiyahafuru: Juegos con un toque de nostalgia

Para ser sinceros, el Karuta a diferencia de otros deportes tradicionales (incluyendo el Go) requiere de una serie de elementos que dependen de la base idiomática japonesa. Dicho esto, la sutileza con la que los jugadores esperan a que se diga la frase de sus cartas para seleccionarla (en un juego muy similar a escoge el repetido o los cromos de nuestro pasado) es ajena a la lengua castellana (por lo cual ver este anime en inglés o español es un crimen).
La idiosincracia de este juego sea una de las razones por las cuales recomiendo la serie Chiyahafuru. En el pasado, la dependencia del japonés era un aspecto negativo en las series que he reseñado, pero en esta sin embargo es una facultad que le dan fuerza, exotismo e interés a una serie que de otra forma me hubiese parecido aburrida.
¿Por qué aburrida? El contexto básico de la historia es un triángulo amoroso que se desarrolla a la distancia. Chihaya no sólo siente admiración por Arata, siente amor pero le cuesta reconocerlo. Pero ciega por este sentimiento ella ignora que Taichi siente lo mismo (o más) de lo que ella siente por el indiferente y problemático Arata.
Esto combinado con los que se deberían suponer personajes secundarios (la amistosa rivalidad entre Taichi y Nikuman, la floreciente amistad entre los inadaptados Kanae y Destomu y la admiración de la profesora Taeko Yamiyushi (The Emperor) es el motor general de una serie que sin ello pasaría entre competencias donde se repiten las mismas frases una y otra vez.
Es la dinámica de las relaciones lo que le da profundidad a la serie Chiyahafuru, con personajes de todos los estratos y clases (una niña modelo, una estudiante aplicada, dos estudiantes destacados y un obsesivo compulsivo especialmente por la comida) que intentan abrirse paso en un mundo cerrado que cada vez se ha quedado sin miembros debido al desinterés de la juventud.
Chiyahafuru
Para ser una obra josei (para jóvenes adolescentes), Chihayafuru introduce elementos comunes en todas las series de deportes con un giro emotivo. Como obra animada se nota que es una obra para mujeres; por la gama de colores, la música bien ambientada, la historia envolvente, las reacciones de los personajes y el excepcional detalle en los cambios de humor (de la frustración a la emoción en un paso).
Esto es un gran logro para una serie que continúa en publicación en el manga y que posee un live-action que salió este año. Es una obra que todos podemos disfrutar, más porque a través de todo esto se nota una historia común para muchos juegos del pasado, los cuales han quedado en el olvido.
Una escena difícil de ver en la primera temporada, de izquierda a derecha Arata WatayaChihaya Ayase y Taichi Machima adolescentes.
Porque es cierto, el Kurata es un juego que agoniza, los campeones son cada vez más viejos y los jóvenes brillan por su ausencia. En la musicalidad de los poemas y el dinamismo de los competidores, Chihaya rescata de la ruina a un deporte del pasado (se afirma que el deporte se ha popularizado gracias a este manga) para rescatarlo para un público moderno, cansado de técnicas especiales fantásticas o tramas que no llegan a nada.
Con personajes realistas, que pierden y se frustran, que a pesar de esto continúan con su lucha y van construyendo sus sueños, la serie es un recordatorio de tiempos pasados y del futuro. Porque hay muchos juegos de mi infancia que ya no se practican debido a la evolución de las consolas de juego. Así que por medio de Chihayafuru, los invito a descubrir una pieza del pasado y reencontrarnos con nuestro pasado en el proceso.