[Reseña_anime] Detroit Metal City, sueño y pesadilla (con Death Metal)

Nada es lo que parece

Chaim Witz era un chico judío que había emigrado a los Estados Unidos en los años 50. Como todo buen niño judío, el fue parte de los estudios del Talmud y la Torah en la comunidad Yeshiva Torah Vodaas en Brooklyn durante la infancia. Fue un niño bueno pero algo rebelde, pero tenía un sueño, quería llegar a construir la mejor banda de rock de la historia de la humanidad. Mientras hacía realidad este sueño, buena parte de los 60 y 70 él hizo trabajos varios, tipografía para la revista Vogue, fue maestro de sexto grado en el Upper West Side; todo eso antes de que en 1974 decidiera cambiarse el nombre, ponerse algo de maquillaje y cantar “¡Fui hecho para amarte, nena!” a grito pelado para convencer a infinitas generaciones que de verdad era el Rey del Rock. Ahora posicionado como Gene Simmons, líder de la banda Kiss, este casi septuagenario disfruta del reconocimiento que buscó en la vida y los millones con los cuales pensionarse dignamente. Esa pequeña reseña es una muestra de que muchas veces para alcanzar sus sueños uno debe comer barro. Pero cuando este no llega uno debe adaptar el sueño para la nueva realidad. Por esta razón es que Detroit Metal City impactó tan profundo, es una oda viviente al fracaso y la impotencia de no conseguir el sueño de tu vida.

Soy sincero, no me interesó que este seinen de Kiminori Wakasugi tuviese diez volúmenes y estuviese en el mercado por cinco años entre el 2005 al 2010. No me interesa su música (aunque debo confesar que tengo una espina por el Death Metal bien clavada). La razón por la cual me atreví a echarle un vistazo al OVA “duro, sucio, groso y venoso” fue por su director. Si, porque Hiroshi Nagahama se hizo infame en el 2012 con su adaptación sui géneris del manga Aku No Hana, de la cual muchos amigos y conocidos se han rasgado las vestiduras (hasta decir que no es anime). Este director polémico se ha caracterizado por su excentricidad y sus proyectos extraños, así que decidí darle una oportunidad a esta obra anime. De parte de Studio 4°C, este OVA se puso a la venta a partir del 8 de agosto del 2008 como parte de la promoción de la película de la misma obra. Y sinceramente tocó una fibra en mi, porque no paré de reír con cada ocurrencia que me mostraron sus protagonistas.

Inicio! Spoilers!


Soichi Negishi es un muchacho campesino de la localidad de Inukai. De buenos modales, educado y se podría decir que afeminado, ha viajado a Tokyo para hacer realidad su sueño, cantar. Esto lo ha conseguido de una forma muy inusual como Johannes Krauser II, el demonio necrófago violador y asesino serial que sirve como líder de la banda DMC (Detroit Metal City). Apasionado del pop sueco y de las bandas de música ligera, el pobre muchacho vive atormentado por la dicotomía en la que vive, en donde en su vida diaria compite (y a veces se cruza desafortunadamente) su personalidad en el escenario con su verdadero ser. En nada de esto ayuda la ninfómana representante de la banda (la Presidenta), el obsceno baterista Terumichi Nishida (Cadmus) y el servil bajista Masayuki Wada (en la persona de Alexander Jagi). Tal es el grado de integración entre ambas personalidades que se mete constantemente en problemas con la ley, los medios y el público general de la ciudad.

Ojo! Spoilers!

Krauser-sama sabe!

Desafortunadamente, durante una visita a una tienda de discos se encuentra con su excompañera Yuri Aikawa. Una amable columnista de la revista Amour Amour, ella odia a profundidad el exhibicionismo obsceno y la deplorable personalidad de DMC, en especial de su vocalista Krauser (sin saber que es el alterego de Negishi). De esta forma, su encuentro casual en la tienda termina con una confesión reveladora (“¡Te voy a violar maldita puerca!”), aunque se reconcilian su siguiente salida al karaoke termina con un escupitajo (disimulado con ganas de vomitar de borracho) y ella asiste a un concierto de DMC que termina con Krauser levantándole la falda (“Esta es la parte inferior de esta puerca”), y cuando luego de ser presentado (y rechazado) por un destacado representante de la moda pop este escribe una canción horrible donde manda a su novia al mismísimo infierno (para que luego ella lo apoyara con su música).

Ojo! Spoilers!

Krauser también tiene sus aventuras gracias a la frustración del mismo Negishi. Cuando es rechazado y superado por imitadores de la banda él aparece en su persona de escenario, donde por accidente ataca a un policía y asalta a una mujer policía en media calle. Después, cuando el Cerdo Capitalista desea impresionar a una madre soltera, él le da la oportunidad en el escenario sólo para que Krauser le hunda el micrófono en la boca y este se revierta a su antigua forma. Para empeorar las cosas, la representante desea endurecer a Negishi, así que lo introduce a una noche de orgías, fiestas y drogas con la que termina de pervertir al dueño de sus apartamentos. Cuando se encuentra con un amigo del colegio, líder de una banda que se aproxima más a sus gustos (Tetrapot Melon Tea) él se acerca para dar consejos. Pero cuando son invitados junto con esta banda a una entrevista televisiva, en su persona de Krauser el asalta a los jóvenes y los hace quedar en ridículo en televisión nacional. Por último, en su visita a casa encuentra que su hermano se ha hecho aficionado a la música de su banda, así que debe intentar por todos los medios usar la persona de Krauser para regresarlo al buen camino.

Ojo! Spoilers!

El éxito de DMC les trae una serie de críticos, tanto de su música como de su exposición pública. Un grupo punk femenino, Kintana Girls, es especialmente ácido con su nueva canción DMC (Dumbass Motherfucker Cherry Boys). La presidenta no tolera semejante insulto y le ordena a Negishi que destruya a ese grupo. Sin embargo, Nina, la vocalista del grupo, está insatisfecha por la forma en que se ha comercializado su música y traicionado al ambiente punk. Viendo en Negishi a la encarnación de Sid Vicious (en un intento inútil por presenciar el concierto), ella decide destruir a DMC bajo sus propias reglas en una guerra de bandas. Los chicos de Detroit Metal City se sobreponen quemando el escenario (cuando Jagi trata de complacer a la presidenta con más fuego en el escenario), sus admiradores se excitan al ver el miembro erecto de Krauser (Negi sin peluca). Finalmente el fuego es tan grave que Krauser salva a Nina (lo cual el público confunde con la intención de violarla mientras le daba respiración boca a boca) y Cadmus se queda decidido a terminar su interpretación de batería a pesar del fuego.

Ojo! Spoilers!

La imagen de Krauser le está pasando una alta factura a Negishi. Por un malentendido Krauser debe hacerse presentarse para cogerse la Torre de Tokyo, humilla públicamente al representante que se burlo de él (en medio de una presentación de Power Rangers), el rockero visita a un fan antes de una operación de vida y muerte (una circuncisión) y corre por todas partes para cumplir con la presentación del disco y el cumpleaños de Aikawa (lo que termina la cita diciéndole que es una mujer con cara de clítoris por una espinilla). Después Krauser es invitado a una película del afamado director Sawai Spellman Takeshi (un director de películas independientes que es gran admirador de la banda) donde en su persona de Krauser humilla a sus dos actores favoritos en cámara (que demandan a la productora por lo grotesco de la escena). Esto marca un punto de inflexión en Negishi, que deja la banda justo momentos antes de un gran concierto. Pero cuando la presidenta trae a un caribeño cantante de calipso a suplantarlo, este no aguanta y lo humilla en público en su persona de Krauser, para establecer su dominio y control del ambiente metalero de Japón.

Ojo! Spoilers!

La siguiente amenaza de DMC viene de la forma de Kiva, un rapero japones criado en las oscuras calles de Nueva York. Sin embargo, Negishi descubre que este es en realidad su amigo de colegio Kibayashi Susumu, el cual está más comprometido que él con su persona fuera del escenario. Negishi tiene que esforzarse para evitar una pelea entre un boxeador semiprofesional que es admirador de DMC y los raperos, pero en el esfuerzo termina retando a su amigUo a una guerra de bandas. En una presentación de Kiba, Krauser se presenta y los amigos usan sus mejores improvisaciones para hacerse daño. Kiba descubre que Krauser es su amigo Negishi, pero este lo humilla en público, lo que le permite a DMC tomar el escenario completo de la música independiente de Japón.

Ojo! Spoilers!

La tranquilidad no puede durar en la vida. Jack ill Dark desea retirarse del ambiente metalero. Este “duro, sucio, groso y venoso” veterano del black metal ha humillado a cada banda del mundo en su gira de retiro y su siguiente blanco es DMC. Por lo similar de sus biografías, Negishi supone que el metalero es su alma afín, pero cuando le va a presentar sus respetos se percata de su error, Jack es igual de horrible tanto dentro como fuera del escenario. Atacado, vejado y humillado, Negi busca vengarse en la forma de Krauser. Este supera a Jack en su entrada a escenario (aunque Jack se automutila la entrada del demonio es más impresionante porque al preparar su equipo de seguridad por accidente lo puso sobre su cuello e ingresó ahorcado), le gana en la contienda de la palabra Fuck (Negi gana por media palabra gracias a haber hiperventilado), y cuando Jack llama a su búfalo de metal Negi lo somete gracias a su conocimiento adquirido en la granja de su familia. Humillado al ver a sus serpientes como baquetas de batería, Jack es atacado sexualmente por Krauser, que lo deja humillado frente al público.

Ojo! Spoilers!

Jack se sorprende al ver que Krauser es el chiquillo que llegó a presentarse, y acepta su regalo en esta ocasión. Luego, por respeto le entrega la Legendaria Guitarra de Karth Murder. Se rumora que la guitarra contiene el alma de un demonio que se alimenta de la sangre de los sacrificios en el escenario. Con este gesto Negishi se transforma en el Emperador del Metal; pero cuando sale a la calle a tocar sus canciones, asusta a los transeúntes debido a lo tétrico de su instrumento.

Jack Ill Dark cumpliendo la segunda regla de su credo.

Fin! Spoilers!

El recuento de los daños

¿Qué nos queda después de ver esta obra llena de suciedad y malas palabras? ¡Que los sueños no pagan las cuentas! Es una verdad infinita de la cual soy testigo. En mi amistad con varios escritores del país algo que es constante en ellos es que a pesar de sus sueños la gran mayoría trabaja en algo diferente a escribir. Lo mismo sucede con los empresarios de actividades, lo mismo sucede con quienes escribimos en este blog y soñamos con algo mejor. La gran tragedia de esta obra es que Negishi posee una innegable habilidad nata que le permitiría adueñarse de cualquier escenario (domina la guitarra, posee una imponente presencia escénica y una voz que llama la atención), pero no puede expresarla en sus sueños. Sus canciones pop son estúpidas y sentimentaloides, él como cantante callejero no tiene la capacidad ni siquiera de imponerse a los admiradores de su alterego. Negishi vive sus sueños, pero no como quiere sino en una forma que desprecia y aborrece. Amenazado por la presidenta, rodeado por un servil y un otaku degenerado, el muchacho se encuentra en un círculo vicioso, porque ama el escenario pero odia conseguirla en la forma de Krauser II.

El legendario Gene Simmons como Jack ill Dark, Detroit Metal City.

Lo que es una obra intensamente vulgar y cargada de ironía, el director Kiminori Wakasugi la transformó en una brillante oda a la frustración y la falta de reconocimiento. No hay nada peor que ver tu sueño transformado en una pesadilla para terminar con cualquier artista. En este caso, Negishi sirve como el reflejo de una sociedad que se divide entre un sueño y la vida diaria, muy pocas veces se pueden tener ambas en la vida. La excepción a la regla es Gene Simmons, porque nuestro niño judío se consiguió una hermosa Playmate, tuvo dos hijos y se transformó en un imperio multimillonario basado en su éxito de los años 70’s y 80’s. Hasta tal punto que él mismo representa al macabro Jack ill Dark en la película japonesa DMC. Así que como sinónimo del sueño este pasa la estafeta a nuestro héroe y nos anima a continuar con nuestros sueños (esperando que alguna vez se hagan realidad).